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Laura

La llamaré así, aunque no es su verdadero nombre. Solo agregaré que esta simpática joven es actualmente mi alumna.

La llamaré así, aunque no es su verdadero nombre. Solo agregaré que esta simpática joven es actualmente mi alumna. Vive con su esposo, que trabaja como obrero en una maquiladora; ambos estudian en la UTT, poniendo entusiasmo en su preparación para poder aspirar a una vida mejor, pero por lo pronto viven en una colonia de la periferia de esta ciudad, enfrentando los desafíos económicos propios de una pareja que lucha por salir adelante.

Hace días, al terminar una clase, me platicó lo siguiente: “Fíjese profe que adoptamos una perrita, pero salió bien pilla. ¿Va a creer que me llegó a la casa con una cartera llena de billetes en el hocico? No sé dónde la encontró, pero cuando la abrí traía bastante dinero ¡1,400 PESOS! Mi esposo me dijo fuéramos a echarnos unos taquitos, pero revisando la cartera vi que traía unos dedales de los que se usan en la maquila y le dije ‘No, esta cartera es de un obrero y yo no voy a dejarlo sin su sueldo, esto es lo que tiene para su familia’. Seguí buscando y encontré un recibo con el domicilio, así que le pedí que me acompañara y fuimos a devolver la cartera. Más noche estábamos cenando cereal y me dice mi esposo ‘¿Ya ves? Ahorita estuviéramos cenando unos ricos taquitos’. Le di un ‘zape’ y le dije ‘mejor cereal, pero contentos y con la conciencia tranquila’ ¿Verdad que sí, profe?”.

Laura

No le pude decir nada en ese momento porque tenía un nudo en la garganta, pero ahora sí le quiero decir algunas cosas.

Laura, primeramente quiero decirte que me has hecho sentir muchas cosas. Me has hecho sentir respeto.

A partir de esa plática, ha aumentado el respeto que siento por ti, porque una persona que es capaz de mostrar ese nivel de empatía y honestidad, merece el respeto de todo el mundo, por muy humilde que sea.

Me has hecho sentir orgullo. Me siento orgulloso de tener una alumna como tú, de tener alumnos como tú, que se parten el alma para aspirar a una vida mejor y que aún tienen la fuerza de voluntad para vencer tentaciones que a muchos los harían caer.

Y me has hecho sentir esperanza. La esperanza de que si ejemplos como éste se promueven y se propagan, la fuerza del bien aumentará y podrá, tal vez, hacer un poco más de contrapeso a las muchas influencias y comportamientos negativos que tanto daño están haciendo actualmente a nuestra sociedad. Por eso me he permitido compartir esto, aún sin pedirte permiso, porque sé que, en tu sencillez, muy probablemente no habrías querido que se conociera este incidente, pero déjame por favor gritarlo a los cuatro vientos, Laura, porque aunque para ti haya sido algo pequeño y sin importancia, la realidad es que ese fue un gesto hermoso que merece ser reconocido.

Por otro lado, me gustaría también decirte lo siguiente: Disfruta cada día de tu vida. Aún estos tiempos que para ustedes son difíciles, disfrútenlos y utilícenlos para unirse más y para poner  cimientos firmes para el futuro que desean. Con las ganas que le están poniendo a la vida, estoy seguro que llegará el momento en que podrán disfrutar de tiempos mejores, así que si aprenden a mantenerse unidos en estos tiempos de desafío, vendrá el día en que podrán voltear atrás y sentirse agradecidos por no haberlo tenido todo fácil y por el crecimiento que tuvieron al haber caminado juntos, de la mano, abriéndose paso ante las dificultades. Solo no te desesperes y pide a Dios que te siga dando ánimos para enfrentar cada día con esa alegría y esa sonrisa que te caracterizan.

Nunca pierdas ni negocies tus valores, y sobre todo, mantén la fe en ti misma, te aseguro que eres más inteligente de lo que tú crees, así que no permitas que ni tú ni nadie te hagan sentir menos de lo que realmente vales. Tienes un corazón noble y una mirada limpia, reflejo de lo que hay en tu interior. Aférrate a todo eso, pues es lo que te va a ayudar a elevarte en la vida.

Y si no te ofende (espero que no, porque te lo ofrezco de todo corazón), me sentiría muy honrado si tú y tu esposo me permitieran invitarles unos taquitos, para poder conocerlos un poquito mejor.

Coincido con tus palabras. Nada sustituye a una conciencia tranquila. Mantenla siempre así, porque eso te ayudará también a tener un sueño tranquilo y un descanso reparador, como el que seguramente tuviste aquella noche. ¿Verdad que sí, Laura?

jesus_tarrega@yahoo.com.mx

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