EL AMOR Y EL MATRIMONIO

Hablemos del matrimonio, específicamente del matrimonio religioso. A propósito, en nuestro país se presentaron tantos casos ante el tribunal encargado de declarar la nulidad matrimonial, que su número es mayor que la suma de todos los casos en los demás países del mundo. El Vaticano ha expresado su preocupación por el exceso de peticiones de nulidad que se presentan en los Estados Unidos.

El Papa urge a los sacerdotes procurar una mejor consejería prematrimonial para todas las parejas que desean casarse por la iglesia, para evitar que las parejas, después de un corto tiempo de convivencia y al enfrentar las primeras dificultades opten por desdecirse de sus votos matrimoniales, se divorcien o presenten su caso ante el tribunal para anular su relación matrimonio casi por un simple capricho.

EL AMOR Y EL MATRIMONIO

Hay que explicar a quienes desean casarse, que aunque nadie puede anticipar los problemas que llevan a anular un matrimonio, y que el proceso del tribunal existe porque hay situaciones intolerables que impiden que una pareja siga conviviendo y manteniendo un vínculo matrimonial, el proceso no debe banalizarse.

El derecho a casarse por la iglesia exige que la pareja celebre su matrimonio y lo viva con autenticidad y honestidad. Nadie puede exigir tener una ceremonia nupcial solo por que han sido bautizados dentro de la iglesia, la pareja debe estar consciente de la insolubilidad del matrimonio, debe de prepararse para el reto de aceptar un compromiso para toda la vida.

Para convivir con alguienhay estar atento a reconocer las señales del amor dañino para combatirlo desde el primer momento, antes de que empiece a dominar nuestras vidas y forme un patrón de comportamiento que nos impida tener relaciones sanas y satisfactorias. 

Una persona que cree estar lista para afrontar el compromiso que implica el matrimonio debe saber que la felicidad no depende de nadie en particular, pero lo cierto es que el ser humano necesita de afecto, de simpatía, del sentirse aceptado por los demás, en particular por la persona amada.

Todos deberíamos tener muy claro que la persona que verdaderamente nos ama, nos conoce y nos acepta con todas nuestras fallas. Con nuestra pareja no tenemos que tenemos que aparentar lo que no somos para conseguir su admiración y aprecie. La persona que nos ama nos pone muy en claro nuestros errores, pero sin herirnos sino buscando que seamos mejores seres humanos, y no deja de querernos, y siempre está allí a nuestro lado cuando más necesitamos, en las buenas y en las malas podemos contar con ella.

Mientras aprendemos a distinguir entre al verdadero amor, aquel que puede sustentar una relación duradera, y el enamoramiento desenfrenado, ese que nos hace sentir mariposas en el estómago y cometer locuras, pero que obedece más la inflamación de nuestro ego y la vanidad.

Hay algo de lo que podemos estar seguros: Todos y cada uno de nosotros somos amados por Dios. Aún cuando seamos imperfectos y hallamos cometido errores terribles a los ojos de otros, Dios tiene el don de redimirnos a través de su amor incondicional.

Vive un día a la vez! ... ignite the moment!…Y recuerda que Dios te ama y yo también.

Monseñor Juan Nicolau, Ph.D. STL, sacerdote jubilado de la Diócesis de Brownsville. Es psicoterapeuta familiar y consejero profesional con licencias.