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Deportaciones crean pérdida económica para todos

Lo dice 19:33-34 “Al forastero que viva con ustedes lo miraran como a uno de ustedes, y lo amarás como a ti mismo”. Y aunque lo tenemos presente si somos creyentes pocos somos los que actuamos acorde a nuestras creencias.

En los tiempos que vivimos actualmente, escuchamos lo importante que es la cuestión de la inmigración. El tema está muy polarizado y desgraciadamente los que vociferan sus puntos de vista son ultraconservadores radicales que desearían localizar, aprender y deportar a todos los que se encuentran sin documentos para estar legalmente en los Estados Unidos, pero ¿en realidad será conveniente hacer eso?

Deportaciones crean pérdida económica para todos

Las pérdidas de ingresos que registraría el estado de Texas se calculan en billones, según el Centro de Progreso Americano de la Universidad de California en los Ángeles (UCLA) en un estudio elaborado por el profesor Raúl Hinojosa-Ojeda.

El número de residentes en nuestro estado es 24.3 millones y aproximadamente 6.8 por ciento de ellos viven aquí sin documentos, según lo reporta en el Censo de población del 2010, y si se removieran vía deportación a todos los inmigrantes indocumentados, se dejarían de ingresar 14.5 billones de dólares anuales en recolección de impuestos, además la pérdida del producto interno bruto estatalmente seria de 77 billones de dólares.

La verdad es que aun se menosprecia a aquel que muchas veces nos sirve más lealmente, siendo parte del servicio de nuestras casas, criando a los pequeños del hogar mientras los padres trabajan, cocinando y pizcando en los campos lo que nos llevamos a la boca, manteniendo limpios y bellos nuestros jardines, etc., etc. Pero su trabajo es un factor silencioso que contribuye a nuestra economía, porque pagan impuestos en todo lo que consumen, trabajan en uno o dos lugares, pagan sus impuestos estatales y federales, y generalmente no reclaman sus reembolsos de impuestos debido a su condición irregular migratoria.

El tema de la inmigración es muy complejo, pero es importante que reflexionemos en lo que haríamos nosotros en su lugar. Que seríamos capaces de hacer para conseguir el sustento de nuestros hijos, ¿tendríamos el suficiente aplomo para arriesgar nuestra vida y poner nuestra dignidad en la línea de fuego diariamente con tal de conseguir un trabajo que nos permitiera poner un pedazo de pan en nuestra mesa? Resulta curioso que las personas que alzan su voz y hacen declaraciones incitando a las deportaciones masivas, son aquellos que jamás se humillarían para servir a otros, que serían incapaces de resistir una jornada de trabajo bajo de sol a sol, y no tienen ni tienen el menor interés en enterarse como se afectaría la economía de todos nosotros.

¡Vive un día a vez!...Ignite the moment!…Y recuerda que Dios te ama y yo también. 

Monseñor Juan Nicolau, Ph.D. STL. Sacerdote jubilado de la Diócesis de Brownsville. Es psicoterapeuta familiar y consejero profesional con licencias.