Ciudad de México busca hogar a los 107 perros rescatados de un predio abandonado

Uriel pone sus orejas hacia atrás y mantiene una mirada amistosa. Sale de su espacio con dificultades para mantenerse sobre sus cuatro patas y con restos visibles de su antigua vida: la piel rojiza por la sarna y un collar incrustado en el cuello, que le ha dejado una cicatriz tras haber recibido las curas pertinentes. El pitbull es uno de los 107 perros que, desde hace unas semanas, la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial (PAOT) ha tratado de rescatar y reubicar desde un predio localizado en San Miguel Topilejo, al sur de la Ciudad de México. La dueña del lugar había acogido a los animales (“con buena voluntad”, cuenta uno de los vecinos), pero allí vivían en malas condiciones: a la intemperie, con enfermedades, algunos amarrados a cadenas y otros visiblemente desnutridos.

La procuradora de la PAOT, Mariana Boy, cuenta que el protocolo del organismo para iniciar las investigaciones llega por dos vías: “Los casos nos llegan desde una denuncia ciudadana o comenzamos una investigación de oficio, tratando de recolectar información por parte de nuestro equipo”. Cuando comienzan los trabajos, el equipo de la PAOT hace un reconocimiento de lo sucedido en el lugar. “El personal va al domicilio en el que se produce el caso de maltrato, nos ponemos en contacto con los titulares de los animales de compañía de los que se traten para pedirles una autorización y realizarles una valoración integral: tanto física, como mental”, señala.

Uno de los funcionarios de la PAOT habla con la “tutora” de los animales de predio de Topilejo: “Lo mismo de la última vez”. Desde finales de octubre, el personal de la Procuraduría se ha acercado en varias ocasiones al lugar y, poco a poco, han ido desalojando a los perros del lugar. De las puertas del predio salen cuatro trasportines, desde los que se asoman los hocicos de los animales. De uno en uno los van subiendo al vehículo, al que más tarde sube la “tutora” para despedirse: “Adiós”, “a ellos dos no los separen, son hermanos”, lamenta por la despedida. De los 107 que había en un principio, quedan 17.

Los cuatro perros, como los otros que en los últimos días han salido de ahí, serán trasladados a otros lugares para ser saneados y preparados para buscarles un nuevo hogar. A 25 kilómetros, en la Alcaldía Benito Juárez, la Protectora Nacional de Animales mantiene en revisión a dos “pequeños” (el adjetivo cariñoso con el que Kennedy Sánchez, directora del lugar, denomina a los perros). Son Uriel y Brownie. Sánchez tilda de “maltrato” a las condiciones en las que vivían los perros en el terreno de Topilejo. En el predio, el 80% de los animales presentaban sarna, señala Boy.

• Brownie está en las instalaciones de la Protectora Nacional de Animales, una asociación civil que busca darlo en adopción.

Brownie tiene un vendaje en el cuello, con algunas hebras de la venda deshiladas. Es un perro joven y tiene la energía y la picardía de intentar deshacerse del vendaje. Un caso más complicado es el de Uriel, que llegó con una gran protuberancia colgando de su cuello, un tumor que le extirparon en la mesa de operaciones de la protectora, situada a tan solo unos metros de la pequeña estancia en la que se encuentra. “En este lugar tenemos 26 perros para la adopción, 650 si contamos el albergue de Cuautla [una ciudad del Estado de Morelos]”, asegura Sánchez.

La denuncia sobre el predio de Topilejo es uno de los 5.536 reportes que la PAOT recibió durante el año 2021. En lo que va de año, el organismo de la Ciudad de México han recibido 3.285. Las denuncias relacionadas con animales representan el 53,3% del total desde 2019, es decir, más de la mitad.

En el exterior del predio, el personal de la PAOT se ata las botas altas y se pone la mascarilla. En el interior, la autoridad cuenta que las heces se habían acumulado y que el olor era el de la descomposición de los alimentos. Los perros se veían acompañados por pequeños roedores que, ante la situación, aprovechar cualquier resto de comida. Sandy era uno de esos 107 perros. Ahora, tras pasar por las revisiones médicas de la protectora, vive en un hogar temporal con Andrea Barajas, una joven de 27 años que busca ayudar cuidando momentáneamente a algunos de los animales que pasan por las manos del equipo de Kennedy Sánchez.

• Sandy está ahora en un hogar en adopción temporal recuperándose de la infección en su piel y la desnutrición.

Sandy llega a la protectora metida en un carrito. No puede andar con soltura y los huesos marcados en su espalada son la muestra de que hace tan solo unas semanas se encontraba desnutrida de manera severa, una situación que ahora está cambiando. Barajas cuenta que Sandy ha comenzado a levantarse e incluso a tumbarse. En los primeros días, asegura que la pequeña solo descansaba manteniendo la posición erguida, pero con la parte trasera de su cuerpo acomodada en el suelo.

A la protectora también llega Lina Nuño, una voluntaria que convenció a su hijo para que se uniera en la labor de pasear a los perros que buscan ser adoptados en el local. “Fíjate que trabajo tan duro, pasear perritos. Me encanta”, comenta contenta Nuño, a la espera de dar un paseo junto a uno de esos pequeños. Cuando sube las escaleras, los perros comienzan a ladrar emocionados.

Uriel y Brownie se encuentran en el área del “hospital” de la Protectora. Son dos de los 107 animales que, como un goteo, han sido trasladados poco a poco a cuatro albergues y refugios distintos con el fin de encontrar un nuevo comienzo. “Son ellos los [los perros] que te ayudan a ti, no tu a ellos”, concluye Barajas, que mira sonriente a Sandy, sentada en su carrito.

Si desea ofrecer hogar temporal a alguno de los animales de la Protectora Nacional o desea acceder a la adopción a través su establecimiento, puede llamar al +52 55 9131 9394.