Necesario combatir también impunidad

En entrevista previo dijo que además de contar con las instituciones, el sistema requiere de la participación ciudadana para poder dar resultados; “a la par de combatir la corrupción tenemos que impedir que haya impunidad, los actos indebidos se tienen que castigar, pero esto va a ser un proceso que no va a ser rápido ni va a ser fácil, ni va a ser tarea de una persona donde la sociedad se tenga que involucrar”.

Nos falta mucho para que los poderes judiciales de los estados, los tribunales, las fiscalías, sean auténticamente autónomas, independientes, imparciales*. José Octavio López Presa, presidente del Comité Coordinador de Participación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción

En entrevista previo dijo que además de contar con las instituciones, el sistema requiere de la participación ciudadana para poder dar resultados; “a la par de combatir la corrupción tenemos que impedir que haya impunidad, los actos indebidos se tienen que castigar, pero esto va a ser un proceso que no va a ser rápido ni va a ser fácil, ni va a ser tarea de una persona donde la sociedad se tenga que involucrar”.

López Presa recordó que el Sistema Nacional Anticorrupción proviene de la Reforma Constitucional del 2015 de la cual, a su vez, emanan todos los sistemas estatales, por lo que a pesar de contarse ya con un marco e instituciones todavía hará falta la implementación de una Política Nacional y Estatal Anticorrupción.

“Mucho tiene que ver también con la reconstrucción de los estándares éticos en el país, y para que los estándares éticos se puedan elevar tiene que haber compromisos individuales, voluntarios, públicos, de las personas, y por eso queremos empezar con los gremios, con los abogados, con los contadores, con los ingenieros, con los maestros, con los médicos a que hagan estos compromisos voluntarios y públicos”.

Finalmente señaló que en aquellos países en donde se ha logrado imponer un sistema anticorrupción, las instituciones que administran, procuran e imparten la justicia han tenido que desligarse de la política y convertirse en órganos técnicos imparciales.

“Nos falta mucho para que los poderes judiciales de los estados, los tribunales, las fiscalías, sean auténticamente autónomos, independientes, imparciales, que no estén de alguna manera invadidas por la política”.