La revolución del dato y el empleo
Nunca en un momento tan crucial como el actual, el formar adecuadamente a nuestra población, puede tener un impacto tan importante en el desarrollo de la economía
El cambio tecnológico en el que vivimos inmersos desde hace unos años, motivado por el aumento de la potencia de computación, el abaratamiento del almacenamiento y el nuevo software capaces de gestionar grandes cantidades de datos, está permitiendo extraer conocimiento derivado del análisis de los datos asociados a las operaciones que los consumidores llevan a cabo en cualquier sector, con un coste mucho menor, con mayor exactitud y con mayor riqueza para la toma de decisiones.
Términos como Big Data, Machine Learning, o Inteligencia Artificial se han vuelto cotidianos en el día a día de muchas organizaciones, y no faltan en ningún plan estratégico de ninguna compañía, independientemente de la industria de la que se trate.
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Pero si hay una industria donde el dato tiene un valor añadido muy elevado, motivado por la gran cantidad de información que se puede extraer no sólo de aplicación a su sector sino a muchos otros, es el de la industria de pagos. Cada vez que un individuo lleva a cabo un pago, deja información no sólo sobre capacidad de pago, sino también sobre hábitos de compra, tipos de productos que adquiere, franjas horarias, canales, etcétera. La industria de medios de pago en si misma, es una de las que está sufriendo mayores transformaciones motivados por la digitalización, y donde a los operadores habituales se han sumado nuevos competidores con modelos de negocio disruptivos y cien por cien nativos digitales en muchos casos.
En el último informe elaborado por Afi para Minsait sobre Tendencias de Medios de Pago, presentado la semana pasada, se lleva a cabo una reflexión sobre el impacto que tiene el desarrollo de la economía de los datos en el empleo. Parece evidente que las máquinas van a asumir tareas desarrolladas actualmente por personas, y algunos de los actuales puestos de trabajo tenderán a desaparecer o a transformarse. Sin embargo, también es una realidad que han aparecido nuevos perfiles profesionales y nuevas competencias alrededor de estas nuevas áreas de conocimiento. Profesiones como director de datos o CDO, ingeniero de datos, científico de datos o data scientist, irrumpen como algunas de las profesiones más demandadas y mejor retribuidas en la actualidad. Responsables de seguridad de la información y delegados de protección de datos o DPO, empiezan a ser personas claves en cualquier compañía.
Es por ello, que se hace necesario que las instituciones académicas y los planes formativos reglados y no reglados se adapten de forma flexible y ágil a la demanda actual de conocimiento. Nunca en un momento tan crucial como el actual, el formar adecuadamente a nuestra población, puede tener un impacto tan importante en el desarrollo de la economía y, por tanto, en la capacidad para generar empleo de calidad.