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La estación radiodifusora XEAW de Reynosaq

En los años 30 del siglo XX existió en la ciudad de Reynosa una radiodifusora que era tal su potencia de transmisión, que se escuchaba hasta en Buenos Aires y Japón. En 1942 venía rumbo a San Fernando, Óscar Sierra Gárate manejando su camión Ford modelo 1935 acompañado de su ayudante Carlos Gracia.

Esquina de las calles Ocampo y Allende en 1940 que luego se llamó “Calzada del Puente Internacional”. Al fondo se ve una de las torres de la radiodifusoraLa estación radiodifusora XEAW de Reynosaq

Alegres viajaban los dos jóvenes sorteando los desniveles del camino abierto en el monte con equipo rudimentario, pues en ese tiempo el gobierno no tenía dinero para construir una carretera en forma. Escuchaban la radio que traía el camión instalada en su tablero la cual  tenían ubicada en la difusora XEAW de Reynosa, en su época una de las más potentes del mundo, cuando he aquí que el locutor don Juan Granados anuncia el programa infantil en el cual participaban los niños la ciudad. 

—¡Ahora aquí tenemos la intervención de la niña Hilda Aurelia Gárate! 

—¿Con qué canción nos vas a deleitar, Hilda? —Interrogó don Juan. 

—Quiero dedicar “La hormiguita” a mi mamá doña Micaela Chapa y a mis hermanitos que radican en San Fernando”,— respondió la niña e inició la interpretación de:

— “Al barrer una hormiguita/ un centavo se encontró/ y con él un moño rojo/ muy ufana se compró”, canción de Francisco Gabilondo Soler, el “Grillito Cantor”. 

Con esa novedad llegaron a la entonces todavía villa de San Fernando llenos de gusto por saber que una personita de su tierra había participado en un programa de radio que se escuchaba por todos los confines del mundo, pues la radiodifusora tenía diez mil watts de potencia. 

La idea de instalar una potente radiodifusora en Reynosa fue de mister Joel Patz quien en 1926 inició los trabajos mediante la tramitación en un principio, del permiso correspondiente del gobierno mexicano. Para 1927 la difusora transmitía en inglés gran parte de su programación y sólo la cuarta parte del tiempo en español (*). 

Varios personajes de Reynosa se destacaron por su actividad artística en dicha difusora siendo el más relevante el distinguido profesor don Juan Granados Rodríguez. Don Juan tenía una educada voz, clara y metálica, según dijo don Ignacio Magallón Valdivia cuando fue a invitarlo a participar como locutor de la difusora. Don Ignacio Magallón que ya laboraba en la difusora, fue un hombre carismático muy apreciado por la sociedad de Reynosa por el impulso que les dio a las artes y los deportes en la ciudad. 

Pronto don Juan Granados fue conocido en todo el mundo de habla hispana con su mote “Juan del Norte” porque las ondas hertzianas llegaban hasta Sudamérica. (Ustedes seguramente no me lo van a creer, pero yo vi radios que en su tablero decían: “New York, London, Paris, Reynosa, Buenos Aires).

Al terminar su programa don Juan se despedía diciendo: “Se despide de ustedes, Juan del Norte, desde la ciudad y puerto fronterizo de Reynosa, Tamaulipas, en la República de México”. Mucha gente que lo escuchaba llegó a creer que en  Reynosa se barría el dinero con escoba y vendían sus pertenencias para venirse a radicar a esta frontera.

De que la radiodifusora era negocio, era negocio. Pronto su propietario puso en ejecución sus planes e inició la venta de medicinas “alternativas” que curaban de todo. Contrató los servicios de una astróloga que mediante una módica suma en dólares, adivinaba el porvenir de las personas que se lo solicitaban por carta y en la cual, naturalmente, le enviaban el pago.  

También se organizaron los sorteos de dinero los que estaban prohibidos en los Estados Unidos, pero tenían permiso del gobierno mexicano. (*) La construcción del puente internacional en 1926 y la instalación de la radiodifusora, seguramente que fueron los impulsores del progreso de la ciudad. 

En la radiodifusora participaron muchas personas de Reynosa. Me contó don Vicente Cantú Guerra que él y su hermana Lidia, en el año de 1934, siendo ellos niños tuvieron una audición. Vicente tocó el violín y Lidia el piano. Don Alejandro Cázares Sánchez conocido músico reynosense socio también del Club de Veteranos igual que don Vicente Cantú y don Roberto Reyna, me platicó que su esposa doña Agripina Gutiérrez era artista de planta así como sus hermanas María y Elodia Gutiérrez “Las hermanitas Gutiérrez” muy famosas en su época, ellas hijas del matrimonio formado por don Leandro Gutiérrez y doña Concepción Negrete. Muchos fueron los artistas que se hicieron famosos a través de la radiodifusora. Entre ellos podemos contar a Lidia Mendoza cantante de rancheras y Guadalupe la Chinaca, madre de Amalia Tuero. 

Las oficinas de la radiodifusora estaban ubicadas por la calle Ocampo entre Zaragoza y Allende entre el Saloon XX propiedad de don Alfredo Ramírez y el Cabaret Azteca de don José Ortega, donde estuvo después el Consulado Americano. Para su difusión tenía dos torres una ubicada en Allende y Ocampo y otra en Morelos y Ocampo. Según me contó don Alejandro Cázares, cuando la empresa inició el desmantelamiento de las torres, de la que estaba ubicada en Ocampo y Allende, se cayó lamentablemente un trabajador al que apodaban “El Talismán” y don Cosme González, persona muy apreciada en Reynosa, también sufrió un accidente perdiendo el lóbulo del oído en un gancho. 

Como todas las cosas, todo tiene su fin. El entrar en guerra los Estados Unidos el 7 de diciembre de 1941, el gobierno norteamericano tomó muchas providencias para protegerse, entre otras, solicitó el desmantelamiento de la radiodifusora porque sus transmisiones se escuchaban hasta el Oriente y podían comunicar mensajes o informes inconvenientes. Así fue como terminó otra época de Reynosa. Fin.

(*) Minerva Morales de García en su libro “Don Juan Granados”.

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La torre que se observa al fondo, pertenecía a la radiodifusora XEAW que proyectó el nombre de Reynosa por todo el mundo.




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