Presenta 'El Triángulo de la Tristeza' una absurda realidad
La película ha tenido buena recepción con la crítica
Confeccionada como una parodia y crítica, pertinente y oportuna, a la alta sociedad y a los influencers esclavizados por su fama, llega a las pantallas de las salas del circuito cultural de cines del País, como la Cineteca Nacional, Cineteca Nuevo León y Cineforo de la Universidad de Guadalajara, El Triángulo de la Tristeza.

"No son los personajes, no son los acontecimientos, sino los sucesos alrededor y lo que plantea la situación y cómo lo resuelven ¿y de las redes sociales? Dios sí que nos han hundido en un universo que te aleja de la vida presencial y en una falsedad impresionante", recalca Östlund, en entrevista.
La película ha tenido buena recepción con la crítica, pues cuenta con la Palma de Oro en Cannes, cuatro European Awards y tres candidaturas al Óscar, a Mejor Película, Mejor Director y Mejor Guion Original.
"La esencia del filme es cómo narramos la historia, es como profundizamos en el tema de las redes sociales, los desencuentros de la pareja y todo lo que sucede en ese barco de lujo: yate, bote, crucero como se le diga", anticipa el autor.
El Triángulo de la Tristeza, cuyo productor ejecutivo es el mexicano Julio Chavezmontes, comienza con las audiciones de Carl y algunas diferencias que tiene con Yaya, para luego situarlos en un lujoso crucero a donde llegan por invitación y a condición de compartir sus experiencias en redes sociales.
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Luego, el panorama se adentra a los opulentos millonarios que abordan el lugar y exhiben entre ellos sus carencias y fortalezas. Y también a la servidumbre, entre ellas Abigail (Dolly De León) y El Capitán (Woody Harrelson) del barco, quien navega entre su alcoholismo e indiferencia.
"Es una crítica, es una sátira, es una paradoja, es un todo. Creo que este filme no tiene etiquetas porque no lo puedes clasificar, tiene un poco de todo y te enseña que una historia bien contada no tiene que ser necesariamente de un género, y sí puede tener varias capas, varias lecturas en cuanto a su estilo", apunta De León.
"Y si a eso le sumamos que nos divertimos como locos con estas escenas tan absurdas, pero tan bien logradas, como la de los vómitos te das cuenta que es cómo lo aprecias y cómo lo ves", destaca Dickinson.
Östlund, quien cautivó con el filme The Square, su anterior trabajo, afirma que hay un conjunto de intenciones en la cinta que son evidentes: criticar, cuestionar, hacer pensar. Y si alguien se escandaliza, dice que no es su tarea lamentarlo o aceptarlo.
"Lo que quiero que asuman es la situación y qué harían al final, todos los personajes tienen un poco de razón, desquiciada razón, pero razón", finalizó.