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Dispersión y exterminio de los últimos indígenas karankawa y tampacuas

Es en las declaraciones de este expediente que se hace visible la presencia de los indios tampacuas y karankawa en esa parte oriental de Reynosa, aparentemente refiriéndose a ellos desde el año 1852. Según entre las declaraciones de los testigos del caso mencionado arriba, los hermanos Villarreal habían enviado a vecinos en unión de estos indios a hacer robos y matar gente al otro lado del río Bravo, en Texas

Cronista Municipal de Reynosa

Ilustración de los indios karankawa desarrollada a tinta y pluma, con la insignia titulada “karankawas. Galveston. Ilustraciones guías de la WPA, circa 1936. Colección digital del Brisco Center for American History.Dispersión y exterminio de los últimos indígenas karankawa y tampacuas

-Tercera parte-

Los tampacuas y los karankawas permanecieron en las inmediaciones de lo que es ahora Nuevo Progreso después de aquel evento con los chalanes en las inmediaciones del potrero de San Lorenzo de la Mesa, en la tarde del día 14 de junio de 1852 (mencionados en una nota previa). 

Estos grupos indígenas permanecieron en ese territorio de Reynosa hasta el año 1856. Curiosamente en un expediente de la Serie de Juzgados del Archivo Histórico de Reynosa, relacionado con un altercado entre militares, se mencionan casualmente sobre la existencia de estas etnias en épocas tardías del siglo XIX.

 El expediente

de junio de 1853

Por ese entonces los límites entre la jurisdicción de Reynosa y Matamoros se encontraba entre los ranchos La Palmita de Reynosa y La Palma de Matamoros, no muy lejos de la margen sur del río Bravo. El general Francisco Ávalos de Matamoros había ordenado oficialmente al Juez de Policía del Charco Azul, dentro de la jurisdicción de Reynosa, que formara una fuerza militar, la cual estuvo comandada por el teniente Pedro Villarreal, para vigilar los movimientos del coronel Cruz y José María de Jesús Carvajal, así como para perseguirlos y combatirlos si fuera posible.    

Entre diciembre de 1852 y febrero de 1853, una fuerza de cuarenta hombres estuvo formada por cinco reclutas del Charco Azul y otros voluntarios amigos del teniente Villarreal, pero su mayoría eran hombres enlistados a la fuerza.  

Otra de las funciones de dicha comisión era combatir el contrabando. Los testigos relataron decomisos de mercancías en Palo Blanco (en el camino conocido Sendero Nacional) y en el Retamal.  Los decomisos de ropa y tabaco, además de las armas y mulas de los contrabandistas, eran repartidos entre las tropas.  

La información sobre la presencia de los tampacuas y karankawa en la región aparece en forma fortuita en un expediente relacionado con la fuerza del teniente Pedro Villarreal. Resulta que el 4 de abril de 1853, se presentó el soldado Pablo García ante el Juez de 1ª Instancia en Reynosa, el alcalde 1º Trinidad Flores. 

Tenía más de un mes que lo habían herido en la muñeca del brazo izquierdo con una espada tipo sable americano por el alférez Clemente Villarreal. 

    El hecho violento había ocurrido entre la Bolsa y la Palmita Chiquita, simplemente la Palmita, en los límites de las jurisdicciones de Reynosa y Matamoros. El acusado era hermano del teniente Pedro Villarreal, quién le había dado la orden a Pablo García y a otros soldados para que buscaran comida para la tropa en los ranchos aledaños en la parte oriental de la Jurisdicción de Reynosa. 

Pero al ausentarse el teniente, su hermano Clemente Villarreal había contravenido la orden, por lo que el alférez y García se hicieron de palabras, sacando a relucir sable y puñal respectivamente. El soldado García permaneció convaleciente en los ranchos de la Palmita y la Bolsa por dos meses, antes de presentarse ante el Juzgado en Reynosa de Trinidad Flores. 

Ahí en Reynosa, el Dr. Enrique Siffin, médico perito de origen canadiense, examinó a García. En la villa se le tomó declaraciones al acusado Clemente Villarreal y a seis testigos que desfilaron por el Juzgado de Reynosa. 

El comportamiento y los deberes de los hermanos Villarreal fueron duramente criticados por los paisanos de esa sección de Reynosa. Se quejaron de quitarles caballos y reses cuando los necesitaban y que en pocas ocasiones les hacían caso a los jueces de policía y a encargados de justicia en esa parte oriental de Reynosa.

Declaraciones sobre los indios

Es en las declaraciones de este expediente que se hace visible la presencia de los indios tampacuas y karankawa en esa parte oriental de Reynosa, aparentemente refiriéndose a ellos desde el año 1852. Según entre las declaraciones de los testigos del caso mencionado arriba, los hermanos Villarreal habían enviado a vecinos en unión de estos indios a hacer robos y matar gente al otro lado del río Bravo, en Texas. 

    Estos indios, que estuvieron obligados a permanecer en el área de San Vicente de la Mesa, hacían robos, daños y males también a los vecinos del lado de México. De los seis testigos, dos de ellos hicieron referencia al decomiso de los dos chalanes del año anterior en San Lorenzo de la Mesa. 

Estos ubicaban a los indios cerca de la casa del teniente Pedro Villarreal, quién los tenía bajo su licencia. Cuando algún vecino les reclamaba los daños causados por los indígenas, Pedro Villarreal contestaba “que hay se les pasaría” [el disgusto). En estas deposiciones incluían a los karankawa como a los tampacuas.   

El 9 de mayo de 1853, el alcalde de Reynosa y Juez de 1ª Instancia, Trinidad Flores, envió el expediente de 26 fojas al Lic. Juan Mateo Gracia de Cadereyta, N. L., para su revisión y conocer el proceder, pero al estar indispuesto este licenciado, reenvía el documento al Lic. Cristóbal Montiel.

Estando en marzo de 1853 en sesión extraordinaria, el Cabildo de Reynosa recibió dos comunicados: uno de parte del Juzgado de Policía de la Mesa y la otra del comisionado de Policía Rural de la misma región oriental. Informaban que se habían presentado de nuevo los indios tampacuas y karankawa, que en otros tiempos habían cometido robos y males por esos rumbos.  Pedían al Ilustre Ayuntamiento de Reynosa que, tomara acciones para eliminar los detrimentos que producían estos indígenas.  

El Ayuntamiento respondía que por unanimidad acordó desaparecer a dichos indios de su comprensión, a menos que renunciaran a hacer daños.  Mandaban que se diera cuenta al jefe de la línea, para que utilizara la fuerza militar si fuera necesario.   

 Años después se sabe por la Comisión Pesquisidora de 1873 que, el general Ávalos había interferido para poner a estos grupos bajo su custodia, removiéndolos cerca de Burgos, a unos 160 km al suroeste de San Lorenzo de la Mesa. 

Los métodos de subsistencia de estos indígenas trajeron también disputas con Nuevo León y Tamaulipas. Por lo que los tuvieron que regresar a las inmediaciones del río Bravo y la Mesa.

En abril de 1856, el encargado de San Rafael del Rosario, Andrés Enríquez, informó a las autoridades en Reynosa, sobre un grupo de indios karankawa que trató de asesinar al vecino Perfecto Villa. Este último intentaba sacar trastes o cachivaches de la casa de su mujer. Aparentemente los indígenas trataban de proteger a la mujer de Perfecto Villa. 

Enríquez reclamaba que estos “chichimecos” perjudicaban día a día a los vecinos. Por lo que pedía auxilio a las autoridades de Reynosa, para perseguirlos y castigarlos. Por lo que el Juez mandaba el palo que utilizó el afectado para su defensa, adquirido de uno de esos indios, el cual tenía un pedernal incrustado.  

Esto demuestra que los karankawa todavía se aferraban a utilizar herramientas con material de pedernal para su defensa, así como en cuchillos o flechas.  Días después, el Juez Enríquez informó a la villa de Reynosa que, habían perseguido a los indios karankawa. Pero estos indios se le habían cruzado al otro lado del río Bravo, en donde el Juez había pedido ayuda a la autoridad del Condado de Hidalgo.  

Al siguiente mes, un expediente precisa la presencia de los tampacuas y karankawa en ambos lados del río Bravo. También los documentos explican el lugar de origen de los indios karankawa que vivían en la jurisdicción de Reynosa. Esto y su exterminio en el lado de los Estados Unidos serán contados en una próxima nota.

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Mapa de la Comisión de Límites donde se incluye los ranchos de La Palmita y La Bolsa. Elaborado en 1898.



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