Cedieron y ganaron terreno con TLCAN
Esperan ratificación de congresos. Un proceso de sumas y restas que satisfizo a los 3 países
Washington, D.C.
Aunque el presidente Donald Trump negó que haya hecho concesiones a México y Canadá para una exitosa renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el nuevo acuerdo derivó de un proceso de sumas y restas que satisfizo a los tres países.
La mayoría de las previsiones del acuerdo entrarán en vigor hasta 2020, ya que tendrá que ser ratificado por los Congresos de los tres países, en un proceso que se iniciará en 2019.
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Uno de los más significativos logros para Estados Unidos en su negociación con Canadá fue ampliar el acceso al sector de lácteos, que reconoció, fue el factor determinante para alcanzar un acuerdo.
Como resultado, Canadá ampliará a 3.6 el porcentaje de ese mercado abierto a las exportaciones estadunidenses, ligeramente arriba del 3.25 por ciento que fue negociado por el gobierno de Barack Obama bajo el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP).
A cambio de ello, Trump tuvo que ceder en su demanda para eliminar el capítulo 19 del mecanismo de resolución de disputas para que estas fueran ventiladas en cortes nacionales, en lugar del panel integrado por un representante de cada país, como ocurre actualmente.
En contraste, el capítulo 11 del mecanismo de resolución de disputas que permite a compañías e inversionistas acceso a un proceso especial para resolver disputas con cualquiera de los tres países, fue eliminado en el caso de Canadá, pero permite excepciones para energía y telecomunicaciones en el caso de México.
Sobre México, el acuerdo reconoce “la propiedad directa, inalienable e imprescriptible del Estado mexicano de hidrocarburos”, y su soberano derecho a regular este sector en concordancia con su Constitución.
“Estados Unidos y Canadá reconocen que México se reserva el derecho soberano de reformar su Constitución y su legislación nacional; y el Estado mexicano tiene la propiedad directa, inalienable e imprescriptible de todos los hidrocarburos en el subsuelo del territorio nacional, incluida la plataforma continental y la zona económica exclusiva ubicada fuera del mar territorial”, señala el texto.
En lo que Trump calificó como una importante victoria para su gobierno, el nuevo acuerdo establece que los vehículos fabricados en Norteamérica deberán tener 75 por ciento de sus autopartes fabricadas en Estados Unidos, Canadá y México, a diferencia del 62.5 por ciento actual.
De igual manera, a partir de 2020, el 30 por ciento de los automóviles y camionetas deberán ser fabricados por trabajadores que ganen como mínimo 16 dólares la hora, y aumentará de manera gradual a 40 por ciento para 2023, aunque sólo para el caso de los automóviles.
Mediante cartas paralelas al acuerdo, Canadá y México lograron además que Estados Unidos aceptara exentar sus exportaciones de vehículos de las tarifas que el gobierno de Trump pretende imponer a las mismas bajo la sección 232 que alude consideraciones de seguridad nacional.
Bajo el nuevo acuerdo, Canadá elevará hasta 2.6 millones el número de vehículos que podrá exportar a Estados Unidos bajo tarifa cero, un aumento de más de 25 por ciento respecto de la cuota actual de 2.0 millones.
México, por su parte, podrá exportar hasta 2.4 millones de unidades libres de aranceles, y sólo en caso de que rebase esa cifra, los vehículos se harían acreedores a la tarifa que Trump busca imponer al amparo de la sección 232.
El acuerdo no elimina las tarifas que Estados Unidos impuso sobre las exportaciones de acero y aluminio, y Trump dejó claro que estas se mantendrán hasta que los tres países alcancen un acuerdo al respecto, y el cual adelantó, podría incluir la asignación de cuotas.