¡Ya es leyenda!
Acostumbrado a romper récords podría tener la marca de máxima asistencia en un partido de tenis no oficial en La Plaza México, ante Zverev
Roger Federer nació con una raqueta en la mano.

Llevarla tan pegada exige un alto rigor en su juego que lo ha acompañado desde que comenzó a los 8 años.
Fue recogepelotas en Basilea de 1993 a 1994, torneo que ha ganado en 10 ocasiones y donde tiene la tradición de comprar pizza para los recogepelotas y comer con ellos.
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Su ídolos de infancia fueron Boris Becker, Stefan Edberg, fino tenista del revés a una mano, y Pete Sampras.
Dotado de una extraordinaria elegancia de la que alguna vez reflexionó: “En los deportes, nos encantan los adjetivos, pero no es nada nuevo. Los aceptas con una sonrisa.
“Creo que mantener el revés con una mano ayuda mucho en este aspecto. Si hablas de jugadores de revés con una sola mano, dices que son elegantes, y si eso añade el éxito que tuve, diría que soy uno de los tipos más elegantes entre los aficionados de una sola mano”, dijo el tenista de 38 años.
Su primer Grand Slam lo conquistó en Wimbledon 2003, el suizo venció como auténtico veterano al australiano Mark Philippoussis en tres sets por 7-6, 6-2 y 7-6) en el All England Club. Ahora, presume 20 títulos Grandes en su palmarés, el último en el Abierto de Australia 2018.
Ostenta la mayoría de grandes marcas del deporte de la raqueta. Es el tenista masculino que más Grand Slams ha conquistado.
El de Basilea es el que más veces se ha coronado en la hierba de Wimbledon. Lo ha conseguido en ocho ocasiones, una más que Pete Sampras.