buscar noticiasbuscar noticias

‘Viajar en avión fue un asombro para él’

Permanecer en un centro de detención en un colchón sin ropa de cama, fue una experiencia, pero mi hijo Yancarlos está maravillado del coloso del aire, dice su mamá

Houston, Tx.

Yancarlos Amaya, un niño migrante hondureño de 5 años, cuando él y su madre viajaban a Houston, con destino a Baltimore.‘Viajar en avión fue un asombro para él’

“He aquí un poco de mi historia: Llegué a Estados Unidos cuando tenía 10 años, y estuvimos en un centro de detención aproximadamente una semana. Así que siento que entiendo bastante bien lo que la gente está pasando… De hecho, mis antecedentes me abrieron una gran oportunidad”, cuenta.

“Una de las historias que más me enorgullecen es la de Yancarlos, un niño de 5 años de Honduras. Voy camino de regreso (a Baltimore) desde la frontera… y me encuentro en el aeropuerto, ocupándome de mis asuntos comiendo un emparedado, esperando mi avión, y alcanzo a escuchar una conversación a mis espaldas.

“Un hombre le pregunta a un chico en español: “¿Estás emocionado de aprender inglés? ¿Estás emocionado de ir a la escuela en Estados Unidos?” Y eso me generó una idea, así que dejé todo, me dirigí hacia donde estaba la mamá del niño y pregunté: “¿De dónde vienen? ¿Estuvieron en uno de esos centros de detención?” La mamá dijo que sí. “¿Les concedieron el asilo?” Sí. 

“Así que todas las cosas comenzaron a alinearse. Por supuesto, ahora es mi turno de decir: “Bueno, me gustaría tomarles una foto”. Pensaba en un retrato rápido o algo así. Y después pregunté: “¿Y, por cierto, a dónde van?” Ella dijo: “Oh, mi hermano nos está esperando en Baltimore”. Yo dije: “Un momento. ¿Están en este próximo vuelo a Houston, y después de Houston a Baltimore?” Ella responde: “Sí”. Dije: “Oh, por favor déjenme fotografiarlos durante la travesía. Permítanme contar sus historias”.

En un principio la madre dijo: “No, no me gustan las cámaras, no sé quién es usted”. Así que le di mi tarjeta y le dije: “Mire, esta es una compañía real. Ese es mi nombre”. Aún así no quería. Y le señalé: “La razón por la que quiero contar su historia es que nunca escuchamos qué sucedió después. Yo puedo entenderlos porqué…”, y les conté cómo fue para nosotros, cómo estuvimos en un centro de detención, en una habitación sólo con un colchón sin ropa de cama, ni almohadas, nada. Estuvimos ahí durante una semana y dije: “Lo que su hijo ha pasado los últimos días, también lo viví yo de niño. Y, ¿sabe? Nadie jamás contó mi historia, lo cual está bien, pero yo quiero contar la de él”. Y ella dijo: “Esta bien, puede fotografiarnos”.

“Fue una historia muy bonita. El chico tiene 5 años y llevaba un pequeño atuendo de Superman con una pequeña capucha, y se asomaba por la ventana y veía el primer avión al que se va a subir, y él y su mamá nunca han volado... La madre está aterrorizada, pero el niño, una vez que están en el aire, él toca todos los botones, y ella le dice “No, no”.

“Y yo estoy como que: “Ya lo entiendo. Recuerdo mi primer vuelo”. Así que esa fue una historia realmente bonita porque estuve con ellos todo el camino e hice un relato muy agradable sobre Yancarlos, quien no fue deportado a Honduras, donde las cosas están realmente de miedo para él.



DEJA TU COMENTARIO
PUBLICIDAD

PUBLICIDAD