Ve Papa pobre combate al narco
Más adelante, el Papa Francisco apremió a pasar del "declaracionismo" tranquilizador de conciencias a una voluntad efectiva para combatir los grandes flagelos de la humanidad.
El Papa Francisco denunció en su discurso pronunciado ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, en Nueva York, que muchas sociedades padecen una guerra silenciosa con millones de víctimas, que ha sido asumida y pobremente combatida: el narcotráfico."El narcotráfico, por su propia dinámica, va acompañado de la trata de personas, del lavado de activos, del tráfico de armas, de la explotación infantil y de otras formas de corrupción", señaló.
Ésta última, indicó el Pontífice, ha penetrado los distintos niveles de la vida social, política, militar, artística y religiosa.
"Generando, en muchos casos, una estructura paralela que pone en riesgo la credibilidad de nuestras instituciones", lamentó en su largo mensaje, pronunciado en español.
Más adelante, el Papa Francisco apremió a pasar del "declaracionismo" tranquilizador de conciencias a una voluntad efectiva para combatir los grandes flagelos de la humanidad.
Llamó a dar pasos concretos contra la exclusión social, el comercio de órganos, explotación sexual de niños y niñas, trabajo esclavista, incluyendo la prostitución, tráfico de drogas y de armas, terrorismo y crimen internacional organizado.
Denunció la tendencia a la proliferación de las armas, especialmente las de destrucción masiva.
"La guerra es la negación de todos los derechos y una dramática agresión al ambiente. Si se quiere un verdadero desarrollo humano integral para todos, se debe continuar incansablemente con la tarea de evitar la guerra entre las naciones y entre los pueblos", clamó.
El Papa argentino dijo que la tendencia a la proliferación de armas de destrucción masiva como las nucleares niega las afirmaciones contenidas en el preámbulo y el primer artículo de la Carta de la ONU.
"Hay que empeñarse por un mundo sin armas nucleares, aplicando plenamente el Tratado de No Proliferación, en la letra y en el espíritu, hacia una total prohibición de estos instrumentos", insistió.
El Pontífice se refirió al reciente acuerdo sobre el programa nuclear de Irán, una región sensible de Asia y Oriente Medio, del que dijo es una prueba de la buena voluntad política y del derecho, ejercitados con sinceridad, paciencia y constancia.
Denuncia persecución religiosa
El Pontífice hizo un llamado ante la situación de todo el Medio Oriente, del norte de África y de otros países africanos donde el odio ha provocado la destrucción de patrimonio cultural y religioso.
Extendió su súplica por los conflictos de Ucrania, Siria, Irak, Libia, Sudán del Sur y en la región de los Grandes Lagos, reconociendo que en las guerras hay seres humanos singulares.
"Hermanos y hermanas nuestros, hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, niños y niñas, que lloran, sufren y mueren".
Asfixia de países en desarrollo
Por otra parte, el Obispo de Roma dedicó varios párrafos para pedir una reforma de los organismos internacionales y aplicar los instrumentos ya instituidos de Naciones Unidas, que este año cumple su 70 aniversario.
Solicitó una participación -equitativa, sin excepción y con incidencia real- de todos los países en los cuerpos con efectiva capacidad ejecutiva, como es el caso del Consejo de Seguridad, los organismos financieros y los grupos o mecanismos especialmente creados para afrontar las crisis económicas.
Esto para limitar todo tipo de abuso o usura sobre todo con los países en vías de desarrollo, porque ningún individuo o grupo humano se puede considerar omnipotente, autorizado a pasar por encima de la dignidad y de los derechos de las otras personas, estableció.
"Los organismos financieros internacionales han de velar por el desarrollo sustentable de los países y la no sumisión asfixiante de éstos a sistemas crediticios que, lejos de promover el progreso, someten a las poblaciones a mecanismos de mayor pobreza, exclusión y dependencia", añadió.
Derecho del ambiente
El líder católico sostuvo que el ser humano debe tener un derecho al ambiente porque cualquier daño contra la naturaleza es un daño a la humanidad, ya que nadie puede abusar de ella y mucho menos está autorizado a destruirla.
"El abuso y la destrucción del ambiente van acompañados por un imparable proceso de exclusión. En efecto, un afán egoísta e ilimitado de poder y de bienestar material lleva tanto a abusar de los recursos", lamentó.
"La exclusión económica y social es una negación total de la fraternidad humana y un gravísimo atentado a los derechos humanos y al ambiente. Los más pobres son los que más sufren estos atentados porque son descartados por la sociedad y son al mismo tiempo obligados a vivir del descarte".
Estableció que la crisis ecológica, junto con la destrucción de buena parte de la biodiversidad, puede poner en peligro la existencia misma de la especie humana.
Y arremetió contra las nefastas consecuencias de un irresponsable desgobierno de la economía mundial, guiado sólo por la ambición de lucro y de poder, deben ser un llamado a una severa reflexión sobre el hombre.
"Los cristianos (...) creemos que el universo proviene de una decisión de amor del Creador, que permite al hombre servirse respetuosamente de la creación para el bien de sus semejantes y para gloria del Creador".
Pero, advirtió: el hombre no puede abusar de ella y mucho menos está autorizado a destruirla.
El Pontífice citó su encíclica sobre el medio ambiente, "Laudato si" y aseguró que el abuso y la destrucción del ambiente, al mismo tiempo, van acompañados por un imparable proceso de exclusión.
Con información de Notimex, EFE, AFP y AP