Una oda en tres tiempos
No sólo de nieve y resorts de esquí se disfrutan En Colorado
No sólo de nieve y resorts de esquí vive Colorado. Más allá de los blancos de Aspen, Vail y otros destinos famosos por sus escenarios níveos y deportes invernales, el estado es rico en paisajes naturales, arte, sabores, vibra relajada y colores ideales para pintar unas vacaciones de ensueño. Aquí algunas propuestas para practicar turismo de naturaleza, cultural y de bienestar.
UN POEMA A TIRO DE PIEDRA DE COLORADO SPRINGS
Pikes Peak, a unos 20 minutos de Colorado Springs, es una maravilla de la naturaleza.
Vale la pena arribar hasta la cima por una sola razón: contemplar uno de los paisajes más bellos que regala el estado de Colorado, desde las planicies del este, hasta las célebres Montañas Rocosas del oeste.
Inspirada por esta vista en un viaje que hizo en 1893, Katharine Lee Bates escribió el poema “America the Beautiful”, que se convertiría en himno alternativo de los EU. Es una de las 58 cimas del estado que superan los 14 mil pies de altura sobre el nivel del mar (unos 4 mil 200 metros).
Para llegar a la cúspide, la mayoría prefiere abordar The Cog, un ferrocarril que data de hace 130 años y fue reinaugurado hace poco tras una renovación total que inició en 2018.
Los viajeros disfrutan el ascenso de 90 minutos con cámara en mano, avistando borregos cimarrones, alces y ciervos. Una vez en la gélida cúspide se premian con una dona glaseada.
DENVER: REINO DEL ARTE Y EL BUEN AMBIENTE
Toda la mítica del Oeste cabe en un museo. Al menos en el renovado Museo de Arte de Denver, cuyo Edificio Norte fue sometido a una cirugía total durante los últimos años, no sólo estructural sino museística.
Sus siete pisos despliegan obras de la Costa Noroeste y Alaska, de Arte Indígena de América del Norte, de Arte Latinoamericano, Asiático, Europeo y del Oeste estadounidense, una de las joyas, que invita a reflexionar en la gente y su relación con el paisaje. La octava planta es una para observar, a lo lejos, las Montañas Rocosas de Colorado. Una mirada a los escenarios que inspiraron tanto óleos como esculturas de la institución.
Para quien visita Denver y prefiere algo movido, lo suyo pueden ser los tours a bordo de E-Tuk, suerte de tuk tuk asiático, pero eléctrico.
Realizan recorridos especiales por algunas de las casi 100 cervecerías de la zona metropolitana de la ciudad, con énfasis en el barrio de moda “RiNo”.
GLENWOOD SPRINGS: CIUDAD BALNEARIO
El agua tiene una temperatura de unos 40 grados y nadie quiere salir de la piscina.
Las personas nadan y se frotan los brazos, el pecho, el rostro.
La promesa, belleza y salud, está por verse. Al menos, la relajación está garantizada.
La de la ciudad de Glenwood Springs, destino de montaña en Colorado a medio camino entre Aspen y Vail, es la piscina de aguas termales más grande del mundo: 123 metros de largo y 30 de ancho.
Desde 1888, cuando fue inaugurada, atrae a visitantes de todo el planeta. Sus minerales, aseguran, ayudan desde a la salud de los huesos, la piel, el cabello y las uñas, hasta la del corazón y los riñones.
Theodore Roosevelt, quien fue Presidente de Estados Unidos entre 1901 y 1909, tenía a esta ciudad entre sus favoritas y se solía hospedar en el icónico Hotel Colorado.