Una joya para el viajero

No hay quizás ciudad más romántica en el mundo que Venecia. Y es que la capital de la región del Véneto, al estar construida sobre más de 100 pequeñas islas en una laguna del Mar Adriático parece estar suspendida en el agua, lo que le confiere un encanto único. Mismo que, a pesar del tiempo, permanece intacto. Y lo que es más... se acrecienta día a día.

BARROCO Y BIZANTINO

Llamada Serenísima República de Venecia desde el siglo siete hasta 1797, debido a su plácida belleza que se manifiesta a través de sus intrincados canales, las cúpulas de sus iglesias y la mezcla de estilos que predominan en la ciudad, sobre todo el barroco y el bizantino, sigue siendo hoy una joya para el viajero mundial.

Su encanto radica precisamente en que es única y singular, por lo que hay recorrerla, sin prisas, a pie y sobre todo en los meses de otoño, cuando los turistas no atascan los típicos vaporettos o barcas comunales para transportarse, y uno puede admirar el arte que habita en cada rincón, en cada calle, en cada canal, en cada jardín y en cada recoveco del destino.

FLOTANDO EN LOS CANALES

Aborda un vaporetto o una góndola para, si tienes presupuesto holgado, surcar el Gran Canal o la avenida principal de Venecia. Podrás navegar por cuatro kilómetros, observando las fachadas de hermosos edificios como el Palacio Ca’ d’Oro o el Palacio Ca’ Rezzonico. Un paseo impresionante y único que quedará en tu memoria.

Después, aventúrate a pasear por los estrechos canales del casco antiguo de la ciudad donde podrás observar cómo viven los típicos venecianos, mientras los gondoleros, maestros en el arte de seducir al turista, te cantan famosas canciones en italiano. 

Ahora, también puedes ir por agua, hasta Murano y Burano, dos lugares típicos y bellos que son famosos por su trabajo artesanal con vidrio, por sus casas de colores intensos y por conservar el ambiente de siglos anteriores.

OTRAS ATRACCIONES

Imperdible es la visita a una de las librerías más bellas del mundo, la Acqua Alta, situada en la plaza Campiello del Tintor, en donde te sumergirás en el pasado entre miles de hermosos libros, postales y exquisitos artículos de papelería para llevar de recuerdo.

Entre los miradores más recomendables para llenarte los ojos con el encanto de Venecia se encuentra el T Fondaco dei Tedeschi, donde disfrutarás de las mejores vistas del Gran Canal. O bien, el Scala Contarini del Bovolo,  desde donde se observan inverosímiles atardeceres. 

Y si quieres sentirte más local, no dudes en visitar el barrio universitario llamado Dorsoduro, ahí está la iglesia de San Barnaba que aparece en la cinta India Jones y la Última Cruzada y donde podrás ver cómo se visten los jóvenes italianos, famosos por su elegancia casual. 

Allí hay también típicas y estrechas casas pintadas de colores fuertes, con balcones llenos de geranios y con muchos gatos, uno de los animales característicos de esta bella ciudad, respetados, porque la ha salvado de las plagas de ratones.

¡BUEN PROVECHO!

Al estar cerca del mar, todas las delicias llegan directo de los pescadores a las mesas de esta ciudad. Casi cualquier trattoria ofrece platos típicos como el spaghetti con almejas o el risotto con sepia.