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Un crimen financiero impune

Un día antes la aerolínea había informado a la Dirección General de Aeronáutica Civil que no le era posible seguir prestando el servicio de transporte aéreo de pasajeros, carga y correo

El vuelo MX 866 fue el último de Mexicana de Aviación. Aterrizó a las 16:15 horas del 28 de agosto de 2010 en el aeropuerto de Toronto, Canadá. Un día antes la aerolínea había informado a la Dirección General de Aeronáutica Civil que no le era posible seguir prestando el servicio de transporte aéreo de pasajeros, carga y correo.

El último vuelo aterrizó a las 16:15 horas del 28 de agosto de 2010 en el aeropuerto de Toronto.Un crimen financiero impune

Tres semanas antes, el 2 de agosto, Mexicana de Aviación –la principal línea aérea del país, cuya marca era reconocida internacionalmente y motivo de orgullo nacional–, había solicitado la declaración de concurso mercantil debido a su insolvencia financiera: tenía en junio de ese año activos por 9 mil 675 millones 927 mil pesos, pero sus pasivos alcanzaban 15 mil 75 millones 932 mil pesos. Sus pérdidas de activos se habían acumulado de manera creciente: en 2007 perdió 536 millones de pesos; en 2008, 964 millones; en 2009, 2 mil 188 millones; y sólo en el primer semestre de 2010 había perdido mil 751 millones de pesos.

Si cuando Grupo Posadas la adquirió en diciembre de 2005 la aerolínea tenía en caja 160 millones de dólares, para junio de 2010 no tenía dinero disponible para cumplir sus obligaciones de pagos a sus acreedores: debía 15 mil 75 millones de pesos, 42% de los cuales eran ya créditos vencidos. En el último mes no había podido pagar 3 mil 400 millones de pesos a 738 acreedores, y encima ya tenía que pagar mil 129 millones de pesos a otros 742 acreedores en el plazo de 30 días, entre ellos el Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) y Banorte.

En su solicitud para acogerse al “beneficio” del concurso mercantil, el administrador de Mexicana de Aviación, Francisco Javier Christlieb Morales, argumentó que la insolvencia financiera se debía a “factores internos y externos ajenos a la administración de la empresa”. Entre ellos mencionó “un costo salarial desproporcionado” de sus trabajadores, el alza en el precio de la turbosina y el brote de la influenza AH1N1 que se presentó de abril a octubre de 2009 y que impactó los vuelos comerciales de y hacia México.

PROPICIAN CAÍDA

Sin embargo, una revisión de los expedientes de las denuncias que la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA) presentó en septiembre de 2011 y noviembre de 2012 –que citan estados financieros de la aerolínea, dictámenes de auditores independientes y actas de los consejos de administración de Compañía Mexicana de Aviación y de sus firmas controladoras: Grupo Mexicana de Aviación (GMA) y Nuevo Grupo Aeronáutico (NGA) –, así como de otros documentos obtenidos por Proceso y de entrevistas con abogados involucrados en el caso, muestran cómo decisiones financieras y empresariales tomadas por sus dueños y directivos, encabezados por el empresario Gastón Azcárraga Andrade, propiciaron el desmantelamiento progresivo y sistemático de la aerolínea.

LOS 10 AIRBUS

El 27 de marzo de 2006 la empresa francesa GIE Mexibus cedió a Mexibail, firma subsidiaria de Grupo Mexicana de Aviación, un contrato que tenía celebrado con Compañía Mexicana de Aviación. Dicho contrato era por la renta con opción a compra de 10 aeronaves Airbus-A320. La renta mensual era por 906 mil 853 dólares. Para llevar a cabo la operación de “cesión” del contrato, Mexibail obtuvo financiamiento de Goldman Sach’s París, el cual incluyó un “instrumento financiero derivado” que cubriera los riesgos de una tasa de interés variable y del tipo de cambio de dólares estadunidenses a pesos mexicanos. Pero fue la aerolínea la que quedó comprometida a absorber el costo de ese instrumento financiero, según se desprende de los estados financieros de 2006 de la compañía y de un dictamen de auditores independientes fechado el 10 de marzo de 2007, ambos citados en el expediente de la demanda.

Derivado de esa cesión del contrato de arrendamiento de los 10 Airbus, GIE Mexibus le hizo a GMA un “descuento por pronto pago” o “quita” de 223 millones 643 mil pesos. La demanda hace notar que ese beneficio se quedó en GMA, pero no se transfirió a la aerolínea, cuyos estados financieros no lo reportan.

El 19 de octubre de 2009 Mexicana de Aviación pagó por anticipado a Mexibail el adeudo total por el contrato de arrendamiento de los 10 Airbus: 56 millones 387 mil dólares. Por ese pago obtuvo un descuento de 18 millones 687 mil dólares. Sin embargo, la denuncia señala que en el dictamen del concurso mercantil al que fue sometido Mexicana de Aviación a partir de 2010 aparece Mexibail en la lista de deudores. No le pagaron 26 millones 853 mil pesos.

¿Por qué Mexicana de Aviación liquidó por anticipado el contrato de arrendamiento de los Airbus con Mexibail? Para endeudarse más, según se desprende del expediente judicial.

Y es que el 16 de octubre de 2009 –tres días antes de liquidar el adeudo con Mexibail–, Bancomext otorgó, a través de Nacional Financiera, un préstamo a Mexicana de Aviación por 991 millones 977 mil pesos. La aerolínea aportó como garantía nueve de los 10 Airbus, así como dos motores de repuesto.

Para operar dicho préstamo se creó el fideicomiso F/80598. Su plazo de pago era de 24 meses, con seis meses de gracia de capital incluido, resultando en 18 amortizaciones mensuales de unos 55 millones de pesos, más intereses.

“Este endeudamiento de tan corto plazo resulta, al parecer, muy oneroso y pone en grave riesgo el negocio en marcha”, destaca la denuncia de ASPA.

Además, para esas fechas la compañía tenía comprometidas sus acciones en “prenda” –así como los “documentos y derechos de cobro”– por un préstamo de mil 572 millones 420 mil pesos que Banorte otorgó a Gamma Servicios de Negocios, una subsidiaria de NGA, firma que sustituyó a Grupo Mexicana de Aviación (GMA) como controladora de la aerolínea.

Cuando en agosto de 2010 la aerolínea suspendió operaciones y entró en concurso mercantil, era ya un cascarón: al tiempo que la endeudaron, la habían vaciado de capital, bienes y activos. l

*Esta investigación se realizó en el marco del taller MasterLab en Edición, auspiciado por la organización Quinto Elemento Lab.

Venden Torre y Anexo Mexicana

De hecho, el desmantelamiento se inició pronto. El 3 de febrero de 2006 –sólo dos meses después de que compró Mexicana de Aviación–, GMA vendió la Torre Mexicana –edificio emblemático de la aerolínea– y el llamado Anexo Mexicana, ambos ubicados en la avenida Xola de la Ciudad de México, y en los que se encontraban sus oficinas corporativas. Los vendió a Fibra Mexicana de Inmuebles por 40 millones 227 mil dólares, equivalente en ese momento a 442 millones 307 mil pesos; “es decir –asienta la denuncia–, sin razón de peso se vendieron dos de los principales activos tangibles de la Compañía Mexicana de Aviación, que generaban ingresos, a un precio por debajo de su valor catastral” que era por ambos inmuebles de 507 millones 260 mil pesos.

De manera simultánea, Compañía Mexicana de Aviación celebró un contrato para arrendar durante 10 años 11 mil 600 metros cuadrados de esos inmuebles.



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