Reynosa

Tierra de revolucionarios

La primera confrontación entre las fuerzas del golpista Victoriano Huerta y los revolucionarios, sucedió el sábado 10 de mayo de 1913, al sur de la ciudad, en La Ciénega o Laguna Seca, probablemente la actual Laguna Escondida
  • Por: Martin Salinas Rivera
  • 09 / Mayo / 2015 -
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Tierra de revolucionarios

PREVIO. En Cerralvo, el Estado Mayor del Ejército de Lucio Blanco al inicio de la campaña militar, casi un mes antes de la toma de Reynosa. EL MAÑANA / Cortesía Glenn Prhotgraph Album, Benson Latin American Colelction, General Libraries, UTA.

La batalla del sábado 10 de mayo de 1913 en Reynosa, entre las tropas del Ejército Constitucionalista y las fuerzas federales del usurpador Victoriano Huerta, representa históricamente el fin del régimen de don Porfirio Díaz para Reynosa. Hasta entonces, la villa había permanecido con el mismo estatus quo en lo concerniente a lo social, político y económico,  aunque con algunas fricciones entre sus habitantes.   

En Reynosa había aparecido un importante grupo antireeleccionista previo al año de 1910. Algunos ciudadanos reynosenses participaron también en eventos militares a favor de Madero al inicio de la revolución en diferentes lugares del norte de México.  

Desde febrero de 1913 la usurpación del Poder Ejecutivo  por don Victoriano Huerta en México, además del asesinato del Presidente de México, Francisco I. Madero y del Vicepresidente Pino Suárez, se trataba de prolongar el antiguo régimen porfirista. Huerta encontró una oposición contundente en el Gobernador de Coahuila, don Venustiano Carranza. Su derrocamiento quedó sellado cuando se elaboró y firmó el Plan de Guadalupe, el 26 marzo de 1913, en la hacienda que lleva ese nombre en Ramos Arizpe, Coahuila.

Los detalles del principal episodio de la Revolución Mexicana en Reynosa, casi desconocidos por la historia regional y poco investigados en las publicaciones del centenario del 2010, se encuentran en un nutrido número de documentos, fotografías y periódicos en diferentes archivos de México y el extranjero. Entre las mejores fuentes publicadas de este evento se encuentran el diario de campaña del Jefe de Estado Mayor del Ejército Constitucionalista del Noreste, Francisco J. Múgica, y el trabajo elaborado por Juan Barragán Rodríguez sobre la historia del Ejército Constitucionalista, ambos partícipes del contingente carrancista de ese 10 de mayo de 1913.  

Al día siguiente de haber firmado el Plan de Guadalupe, Carranza designó al coronel Lucio Blanco al mando de una facción de 250 hombres para iniciar las operaciones en los estados de Nuevo León y Tamaulipas. El Estado Mayor de este primer ejército del noreste estaba conformado por los tenientes coroneles Andrés Saucedo y Cesáreo Castro, mayor médico Daniel Ríos Zertuche, capitanes primeros Gustavo A. Elizondo, Francisco J. Múgica, Alejo G. González, Benecio López y otros. El médico y vocero de las fuerzas de Blanco, Ríos Zertuche, declaró después en Río Bravo, que prácticamente estos y otros que se les unieron a este mando, eran veteranos de la rebelión de don Francisco I. Madero de 1910.

La campaña en Nuevo León empezó el 10 de abril en Cerralvo, librando algunas escaramuzas y combates en diferentes puntos del Estado de Nuevo León. Al internarse al oriente hacia Tamaulipas, tomaron entre el 22 y el 27 de marzo,  las villas de Burgos, Méndez, San Fernando y Santander Jiménez, desalojando las fuerzas huertistas, las que terminaron por  concentrarse  en Ciudad Victoria, Tamaulipas.

Era importante dominar la frontera para obtener el armamento y las municiones necesarias para la causa y cerrar la comunicación al principal bastión de federales en  Matamoros. El médico Ríos Zertuche, como vocero e intérprete ante la prensa americana, afirmaría, en la hacienda de Río Bravo, después de la batalla de Reynosa, que el principal objetivo de los constitucionalistas era tomar Matamoros. Decía que esto lograría prácticamente el control sobre la frontera de México, antes de cambiar rumbos hacia la Ciudad de México.

El 7 de mayo los constitucionalistas llegaron al Soldadito, una de las haciendas que era parte de la Sauteña cerca de la villa de San Fernando. El contingente de aproximadamente 500 soldados pernoctó en el Charco Escondido o Congregación Garza antes de continuar, saliendo temprano el 10 de mayo hacia  Reynosa, entre las 2 y las 3 de la madrugada.

A las 7:25 de la mañana, Múgica menciona que el contingente carrancista  estaba estacionado en el rancho Los Jacalitos, a 25 km al sur de Reynosa. De allí se enviaron dos grupos de soldados, uno hacia Corrales, al oriente de la villa y otro hacia el poniente, a quemar puentes y destruir las vías, para evitar la llegada de refuerzos federales desde Matamoros y Nuevo León.   

   *Antropólogo,

Cronista Municipal de Reynosa

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