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‘Estamos desesperados y ya queremos entrar’

Este 13 de abril una multitud de migrantes de Centro y Sudamérica recorrieron kilómetros a pie para llegar a la llamada “Puerta 36”

Migrantes continúan llegando hasta el muro fronterizo entre Ciudad Juárez, Chihuahua, y El Paso, Texas, para entregarse a autoridades estadounidenses con la esperanza de iniciar su proceso de asilo.

El viaje hacia el norte lo emprendió con un grupo de amigos, quienes dejaron a sus familias en sus lugares de origen.‘Estamos desesperados y ya queremos entrar’

  • CIUDAD DE MÉXICO

 Al igual que en días pasados, este 13 de abril una multitud de migrantes de Centro y Sudamérica recorrieron kilómetros a pie, sobre el bordo del Río Bravo, para llegar a la llamada “Puerta 36”, a la altura del Bulevar Juan Pablo II y Antonio J. Bermúdez, donde agentes de la Patrulla Fronteriza los reciben.

 Sin embargo, las personas en movilidad son expulsadas a México o repatriadas a sus países de origen, ya que hasta ahora el proceso para solicitar el ingreso a Estados Unidos es a través de la aplicación CBP One.

 Aunque los migrantes han accedido a ella, aseguran que no pueden concluir el proceso de registro porque se traba, por lo que han optado por cruzar el Río Bravo y entregarse a los agentes de la Patrulla Fronteriza.

 “Estamos desesperados, queremos entrar”, indica el venezolano Deison Barico, de 37 años, mientras camina a la orilla del Río Bravo para cruzar sus aguas y seguir el camino hacia el marcador fronterizo número 36.

 “Ya no podemos seguir así, que sea lo que Dios quiera”, puntualiza cargando en una bolsa aguas, refrescos y alimentos, debido a que pueden ser horas de espera bajo los rayos del sol que comienzan a intensificarse en este tiempo.

 En el acceso a la puerta del muro, cientos de migrantes se cubren con cobijas e incluso se observa una casa de campaña, mientras esperan instrucciones de los agentes norteamericanos.

 En el caso de Barico, comentó que llegó hasta la “Puerta 36” para entregarse de manera voluntaria, luego de haberse enterado de que sus connacionales estaban cruzando por ahí.

“Compañeros ya han pasado”, asegura Barico, quien indica que “siguen adentro todavía”.

 Al entregarse a la Patrulla Fronteriza esperan iniciar su proceso y cambiar su situación actual.

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Barico llegó hace dos semanas a Ciudad Juárez tras una travesía en el tren carguero, pero desde hace dos meses salió de Venezuela debido a la situación económica que viven.

 El viaje hacia el norte lo emprendió con un grupo de amigos, quienes dejaron a sus familias en sus lugares de origen.

 Uno de sus compañeros de viaje es José González, de 29 años, quien se dedicaba a la construcción en Venezuela.

 “Queremos oportunidad de pasar poco tiempo pa’ trabajar y ayudar a mi familia que está en Venezuela”, comenta González, quien aprieta el paso para alcanzar a sus connacionales, quienes por momentos se mezclan con otros migrantes que llegan desde distintos puntos y se concentran en un acceso al río.

 El venezolano explica que sí hay empleo en su país, pero no les alcanza el salario.

 “No alcanza, lo que se gana no alcanza para sobrevivir ni una quincena, entonces quedamos en las mismas, trabajamos pa’ comer y no nos da”, señala. “En realidad hay veces que ni nos alcanza pa’ comer porque el sueldo es poquito”.

 En su caso optó por cruzar por Ciudad Juárez por recomendación de otros migrantes.

 Aunque intentó solicitar el ingreso por medio de la aplicación CBP One, no ha prosperado, por lo que decidió entregarse en la “Puerta 36”, por donde, anota, ha escuchado que están recibiendo a los migrantes.

 “Vamos en nombre de Dios, en nombre de Dios es que vamos”, expresa a su vez otro migrante que lleva en brazos a la hija de una pareja que se alista para cruzar el Bravo.



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