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Fuerzas armadas no deben ser partidistas

Durante 75 minutos, el mayor Joe Amoroso interrogó a sus estudiantes en la clase de Política Estadounidense (SS202) sobre el liderazgo civil de las fuerzas armadas, la confianza entre las fuerzas armadas y el público, y cómo las fuerzas armadas no deben convertirse en una herramienta partidista

Un grupo de cadetes en una clase sobre política estadounidense en la Academia Militar de West Point, en el estado de Nueva York.Fuerzas armadas no deben ser partidistas
  • WEST POINT, Nueva York

Había una respuesta, dijo, que siempre será aceptable en su clase repleta de estudiantes de segundo año en la Academia Militar de Estados Unidos. Vacilante, un cadete ofreció una respuesta: "La Constitución".

"Sí", dijo Amoroso categóricamente.

Su mensaje a los estudiantes era sencillo: Su lealtad "no se trata de candidatos en particular. No es una persona o personalidad en particular la que ocupa estos puestos. Se trata de la Constitución".

El énfasis para la próxima generación de oficiales militares sobre que su lealtad debe centrarse en los fundamentos democráticos de la nación más que en cualquier individuo es un reflejo de cómo las fuerzas armadas se ven obligadas a lidiar con la profunda polarización política de Estados Unidos en un momento en que la confianza en las instituciones tradicionales se erosiona.

El papel de los militares en particular ha sido objeto de escrutinio ahora que el expresidente Donald Trump está en la contienda para recuperar la Casa Blanca y ha presentado una agenda agresiva en caso de ganar. Incluye el uso potencial del ejército en formas que otros presidentes no lo han hecho. Eso podría significar invocar la Ley de Insurrección para enviar unidades a la frontera o patrullar las calles de ciudades predominantemente demócratas.

La retórica de Trump sobre los altos comandantes también ha generado preocupación. Cuando estuvo en el cargo, Trump una vez se refirió a los líderes militares de su gobierno como "mis generales". A principios de este año, sugirió que el general retirado del ejército Mark Milley, expresidente del Estado Mayor Conjunto, fuera ejecutado por traición.

El presidente Joe Biden, en su primer discurso de campaña del año, advirtió sobre la retórica de Trump respecto del ejército y sus líderes.

Con cadetes y guardiamarinas procedentes de todo Estados Unidos, los estudiantes de West Point y otras academias de servicio son conscientes del estado de ánimo nacional y de la posibilidad de que las divisiones políticas se filtren en el ejército.

Encuentran una variedad de materias sobre la Constitución y, en algunos casos, la historia de la relación cívico-militar. Cada graduado que recibe un cargo presta múltiples juramentos en la escuela y durante su servicio. Milley enfatizó la importancia de los juramentos en su discurso de jubilación el otoño pasado, donde pareció apuntar a Trump.

"No prestamos juramento a un rey o una reina o a un tirano o a un dictador. Y no prestamos juramento a un aspirante a dictador", sostuvo.

En la Academia de la Fuerza Aérea, el ataque del 6 de enero de 2021 al Capitolio de Estados Unidos fue un tema importante de discusión en la materia de Relaciones Cívico-Militares cuando los cadetes de tercer y cuarto año comenzaron el semestre de primavera al día

 siguiente.

La coincidencia "provocó una introspección sobre su juramento como futuros oficiales", dijo la instructora Marybeth Ulrich. Un resultado de ello fue el Oath Project (Proyecto Juramento), una iniciativa impulsada por los cadetes.



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