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Sube deserción escolar

Cada vez más jóvenes estadounidenses hacen a un lado la carrera formal en instituciones de educación superior

Jackson, TN.

Grayson Hart en el Centro Cultural para las Artes Ned R. McWherter West Tennessee en Jackson.Sube deserción escolar

Cuando pensaba en el futuro, Grayson Hart siempre veía un título universitario. Él era un buen estudiante en una buena escuela secundaria. Quería ser actor o quizá profesor. Al crecer, pensaba que la universidad era el único camino hacia un buen empleo, estabilidad y una vida feliz. La pandemia lo hizo cambiar de opinión.

Un año después de terminar la secundaria, Hart dirige un programa de teatro para jóvenes en Jackson, Tennessee. Fue aceptado en todas las universidades a las que presentó solicitud, pero las rechazó todas. El costo fue un factor importante, pero un año de aprendizaje remoto también le dio el tiempo y la confianza para forjar su propio camino.

“Éramos muchos en la pandemia; teníamos una especie de actitud de tipo ‘hágalo usted mismo’, como ‘Oh, yo puedo resolver esto’”, explica. “¿Por qué quiero invertir todo el dinero para obtener un papel que realmente no me va a ayudar con lo que estoy haciendo en este momento?”.

ROMPEN TRADICIÓN

Hart se encuentra entre los cientos de miles de jóvenes que alcanzaron la mayoría de edad durante la pandemia y que decidieron hacer a un lado el camino universitario tradicional. Muchos han recurrido a trabajos por hora o carreras que no requieren un título, mientras que otros se han visto desalentados por el alto costo de la matrícula y la perspectiva de una deuda estudiantil.

Lo que primero parecía una incidencia pasajera por la pandemia se ha convertido en una crisis. A nivel nacional, la inscripción universitaria a pregrado o licenciatura disminuyó un 8% de 2019 a 2022, con descensos incluso después de regresar a clases presenciales, según datos de la National Student Clearinghouse, una organización no gubernamental sin fines de lucro de investigación y análisis relacionados con la educación.

IMPACTO GRAVE

La caída en la tasa de asistencia a la universidad desde 2018 es la más pronunciada registrada, según la U.S. Bureau of Labor Statistics (Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos).

Los economistas dicen que el impacto puede ser grave.

En el peor de los casos, podría señalar a una nueva generación con poca fe en el valor de un título universitario. En el menor, parece que quienes decidieron no asistir a la universidad durante la pandemia optan por no hacerlo nunca. La predicción de que se inscribirían después de uno o dos años no ha ocurrido.

El tener menos graduados universitarios podría empeorar la escasez de trabajadores en campos que van desde el cuidado de la salud hasta la tecnología de la información.

Para quienes renuncian a la universidad, generalmente significa menores ingresos de por vida: 75% menos en comparación con quienes obtienen títulos de licenciatura, según el Center on Education and the Workforce (Centro sobre la Educación y la Fuerza Laboral) de la Universidad de Georgetown. Y cuando la economía se deteriora, es más probable que quienes no tienen títulos universitarios pierdan sus empleos.

“Es una propuesta bastante peligrosa para la fortaleza de nuestra economía nacional”, advierte Zack Mabel, investigador de Georgetown.

En decenas de entrevistas con The Associated Press, educadores, investigadores y estudiantes describieron una generación apática y harta de las instituciones educativas.

En gran parte abandonados por su cuenta durante el aprendizaje remoto, muchos consiguieron trabajos de medio tiempo. Algunos sentían que no aprendían nada y la idea de cuatro años más de escuela, o incluso dos, era poco atractiva.

A su vez, la deuda estudiantil de la nación se disparó. El tema ha cobrado gran importancia en la mente de los jóvenes estadounidenses mientras el presidente Joe Biden presiona para que se cancele buena parte de esa deuda, un esfuerzo que la Corte Suprema parece estar a punto de bloquear.



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