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Oleada de retiros bancarios

Lo que hizo que el colapso del Silicon Valley fuera único, en comparación con cierres por insolvencia anteriores, fue la rapidez con la que colapsó

Una avalancha de retiros de depósitos bancarios evoca imágenes de la cinta de 1946 “It’s a Wonderful Life” (“Qué bello es vivir”), con clientes angustiados, hacinados hombro con hombro, suplicando desesperadamente a un agobiado George Bailey —protagonizado por James Stewart— que les devuelva su dinero.

Una multitud rodea una sucursal del Bank of the United States, después de que las autoridades ordenaran su cierre y se hicieran cargo de la institución el 11 de diciembre de 1930.Oleada de retiros bancarios

  • NUEVA YORK, NY

Una avalancha de retiros de depósitos bancarios evoca imágenes de la cinta de 1946 “It’s a Wonderful Life” (“Qué bello es vivir”), con clientes angustiados, hacinados hombro con hombro, suplicando desesperadamente a un agobiado George Bailey —protagonizado por James Stewart— que les devuelva su dinero.

El cierre por insolvencia del Silicon Valley Bank la semana pasada mostró un pánico similar, pero muy pocas otras similitudes. En cambio, la angustia se vivió en Twitter, foros de mensajes, teléfonos móviles y sitios web bancarios.

Lo que hizo que el colapso del Silicon Valley Bank fuera único en comparación con cierres por insolvencia anteriores de bancos grandes fue la rapidez con la que colapsó.

El miércoles pasado por la tarde, el banco anunció un plan para obtener capital fresco, pero el viernes por la mañana, el banco de 200.,000 millones de dólares era insolvente y estaba bajo control gubernamental.

Los reguladores, los legisladores y los banqueros analizan el papel que los mensajes de texto y las redes sociales pueden haber jugado en el colapso, y si los bancos han entrado en una era en la que el comportamiento psicológico detrás de una estampida de depositantes bancarios —retiros masivos por el miedo de los depositantes a perder sus ahorros— puede amplificarse y volverse viral más rápido de lo que los funcionarios bancarios y los reguladores pueden manejar apropiadamente.

“Más que una corrida bancaria fue un sprint bancario y las redes sociales jugaron un papel central en eso”, expresa Michael Imerman, profesor de la Paul Merage School of Business (Escuela de Negocios Paul Merage) de la Universidad de California en Irvine.

La Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés) calcula que los clientes retiraron 40.000 millones de dólares —una quinta parte de los depósitos del Silicon Valley Bank—, en unas pocas horas, lo que incitó a la agencia a cerrar el banco antes de las 12 p.m. hora del Este, en lugar de esperar hasta el cierre de operaciones, que es el procedimiento operativo típico de los reguladores cuando un banco se queda sin dinero.

Algunos otros colapsos bancarios —o cierres por insolvencia— conocidos, como el de IndyMac o de Washington Mutual, en 2008, o el de Continental Illinois en la década de 1980, ocurrieron después de días o semanas de informes que indicaban que esos bancos enfrentaban dificultades financieras profundas. Luego se produjo una estampida bancaria y los reguladores intervinieron.

El pánico de depositantes relacionado con el Silicon Valley Bank fue, en muchos sentidos, el primero de la era digital. Pocos depositantes hicieron fila en una sucursal. En cambio, usaron aplicaciones bancarias y llamadas telefónicas para acceder a su dinero en minutos. Los capitalistas de riesgo y los dueños de negocios describieron que las primeras etapas de la corrida del Silicon Valley Bank estaban dirigidas por foros de mensajes privados o canales de Slack, donde se alentaba a los empresarios a retirar sus fondos.

Silicon Valley Bank también fue único porque estaba expuesto casi por completo a una sola comunidad: la de la industria tecnológica, el capital de riesgo y las startups. Cuando esta comunidad muy unida de depositantes habló entre sí —por medio de canales digitales para hacerlo rápidamente—, el banco probablemente se volvió más vulnerable a los rumores y a una estampida de depositantes. Este fue un riesgo que surgió por el crecimiento de las redes sociales, afirman los expertos del sector.

Sam Altman, director general de Open AI, tuiteó: “La velocidad del mundo ha cambiado. Las cosas pueden desarrollarse rápidamente. La gente habla rápido. La gente mueve el dinero rápido”.

PÁNICO MASIVO EN LAS FINANZAS

Decenas de clientes hacen fila frente a una sucursal del banco hipotecario británico Northern Rock, para retirar sus depósitos.
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Para los legisladores no parece haber una solución inmediata. Una posibilidad que ha existido durante décadas —también representada en “It’s a Wonderful Life”— es la idea de un feriado bancario en el que los reguladores cierran un banco durante algunos días para permitir que prevalezca la cabeza fría.

El lunes, después de que el gobierno intervino para respaldar el sistema bancario, parecía que una parte de la comunidad tecnológica se había dado cuenta de su capacidad para causar pánico masivo en las finanzas y de que debería tener más cuidado al publicar opiniones sobre la salud potencial de los bancos.

“En la era de las redes sociales, si tienes una plataforma lo suficientemente grande y gritas lo suficientemente fuerte sobre una corrida bancaria, al final podrías tener razón. Eso no significa que esté bien”, escribió Logan Bartlett de Redpoint Ventures.



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