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Agradecen estar vivos

Golpea fenómeno en un estado con mayor marginación y pobreza en Estados Unidos

Un tornado de gran tamaño destruyó la modesta casa de un piso que Kimberly Berry compartía con sus dos hijas en las llanuras de la región del Delta del Mississippi, dejando sólo los cimientos y algunas pertenencias: un frigorífico derribado, una cómoda y una mesilla de noche a juego, una bolsa con adornos navideños y algo de ropa.

Un edificio en Rolling Fork, Mississippi, días después del paso de un tornado.Agradecen estar vivos

  • Rolling Fork, MS.

Durante la tormenta del viernes, Berry y su hija de 12 años se acurrucaron y rezaron en una iglesia cercana que apenas sufrió daños, mientras que su hija de 25 años sobrevivió en la localidad de Rolling Fork, a unos 24 kilómetros (15 millas) de distancia.

Berry sacudió la cabeza mientras miraba los restos de sus posesiones materiales. Dijo que está agradecida de que ella y sus hijos sigan vivos.

“Puedo recuperar todo esto. No es nada”, dijo Berry, de 46 años, que trabaja como supervisora en una empresa de cultivo y procesamiento de bagre. “No voy a deprimirme por ello”.

Como muchas personas de esta zona en apuros económicos, se enfrenta a un futuro incierto. Mississippi es uno de los estados más pobres de Estados Unidos, y la región del Delta, cuya población es mayoritariamente negra, es desde hace tiempo una de las zonas más pobres del estado, un lugar donde mucha gente trabaja día a día en empleos vinculados a la agricultura.

Dos de los condados azotados por el tornado, Sharkey y Humphreys, se encuentran entre los más escasamente poblados del estado, con sólo unos pocos miles de residentes en comunidades dispersas por amplias extensiones de campos de algodón, maíz y soja.

La tasa de pobreza de Sharkey es del 35% y la de Humphreys del 33%, frente al 19% de Mississippi y menos del 12% de todo Estados Unidos.

“Va a ser un largo camino hacia la recuperación, intentando reconstruir y superar la devastación”, dijo el domingo Wayne Williams, que enseña técnicas de construcción en un centro de formación profesional de Rolling Fork, mientras gente de toda la ciudad colocaba lonas azules en los tejados dañados y utilizaba motosierras para cortar los árboles caídos.



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