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Testimonio en un libro: cuando ‘El Mono’ fue ‘cazado’ por una mujer

  • Por: Agencia Proceso
  • 11 / Marzo / 2019 -
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Testimonio en un libro: cuando ‘El Mono’ fue ‘cazado’ por una mujer

EL CAPO. Juan Manuel Muñoz Luévano alias el “Mono Muñoz”.

Saltillo, Coahuila.

“Esa misma noche me vestí para matar… Me puse unos pantalones negros de piel con un top negro que dejaba ver mi abdomen plano, no por el ejercicio, la vida que llevaba me estaba matando. Iría a la discoteca de moda y me ligaría al dueño, del que se rumoraba era un narcotraficante, si lo lograba, mis problemas acabarían pues por un lado, tendría barra libre de drogas y por otro nadie se atrevería meterse con la novia de un narco”, narra Cristy en su libro autobiográfico donde describe su paso por “un mundo de profunda fatalidad al que sobrevivió”.

El libro se publicó en Coahuila con el título “Cristy no sabía amarme” y es una edición particular de la autora, actualmente Licenciada en Psicología de quien reservamos su nombre por cuestiones de seguridad.

Cristy cuenta que se tardó una hora en arreglarse para cazar a su presa. “Cuando estuve lista me dirigí al antro”, el Bar Joy, ubicado en la capital de Coahuila.

“Al llegar me fui directo a la barra, pedí un vodka tonic y me metí al baño a echarme unas líneas. Cuando salí observé el lugar y lo ubiqué a él, o sea, al capo. Estaba sentado en el segundo piso con sus amigos, así que terminé mi trago y me subí en una bocina que estaba junto a su mesa”.

Cristy, en esa época una joven preparatoriana en una escuela privada, añade que se puso a bailar para tratar de seducir al famoso narcotraficante.

Su sensual baile rindió el fruto esperado ya que uno de los “escoltas” del capo la llamó para decirle que “el señor” la invitaba a su mesa.

“Sin pensarlo me dirigí a donde estaba y me senté a su lado. Lo primero que se me ocurrió decirle fue, ‘¡Qué bárbaro pareces mi papá!’. Todos los que estaban ahí me lanzaron miradas agresivas y fulminantes, literalmente uno de sus trabajadores me pisó para que me callara”, escribe en el libro.

No obstante, al capo le pareció gracioso que le dijera “esas verdades en su cara y mostrando la frescura con la que lo hice”, así que el narco se rió y el ambiente de tensión se despresurizó.

“Esa noche la pasé muy bien con él y con sus cuates y mis problemas para conseguir drogas terminaron”.

La presa que Cristy cazó esa noche, por una breve temporada, se llama Juan Manuel Muñoz Luévano alias el “Mono Muñoz”, actualmente preso en los Estados Unidos en donde espera la fecha para que inicie su juicio en la Corte Federal de San Antonio, por los delitos de tráfico de drogas y lavado de dinero, entre otros.

Los antecedentes del “Mono Múñoz” como narcomenudista se remontan a finales de los años sesenta cuando estudió para ingeniero agrónomo en la Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro.

Su amigos de su generación confesaron que cuando “era chavo vendía mota” en el campus Buenavista.

Al terminar su carrera universitaria desapareció de Coahuila y se asentó en Sinaloa donde incursionó en el floreciente negocio del tráfico de narcóticos.

Para los albores del Siglo 21, la DEA lo ubicó traficando grandes cantidades de cocaína a través de la frontera de Tamaulipas.

En esa época, la Agencia Antinarcóticos lo consideró “un Barón de la droga” que le hacía competencia al “Chapo” Guzmán por las grandes cantidades que traficaba.

Para cruzarla por los recónditos sitios del Río Bravo pagaba piso a Osiel Cárdenas, en ese tiempo el líder máximo del CDG.

Fuentes de la Fiscalía de la Laguna que lo investigaron contaron a Proceso que en una ocasión Miguel Ángel Treviño Morales, “El Z40”, lo capturó y lo torturó debido a que desconocía el acuerdo con Osiel, hasta que llegó Heriberto Lazcano quien ordenó que lo soltaran.

La huída del ‘Mono’

>La Procuraduría General de la República también tiene entre sus archivos investigaciones sobre actividades ilícitas de Mono Muñoz desde junio del 2012, cuando detuvieron a dos personas en el Distrito Federal con dos millones de pesos en efectivo.

> Uno de ellos fue Ricardo Fuyivara Romero gerente de la franquicia “Papas Grill” en Saltillo propiedad de Muñoz Luévano, quien también es su prestanombre en gasolineras.

> Los negocios de Fuyivara aparecen en el padrón de proveedores para el gobierno de Coahuila.

>De las declaraciones que los dos detenidos rindieron en la PGR se abrió una carpeta de investigación y durante casi todo 2012 las gasolineras del “Mono” estuvieron custodiadas por el Ejército, mientras que la Unidad de Delitos Financieros le revisaban las cuentas en todos sus negocios.

> No obstante, los hechos que lo obligaron a radicar en España fueron los atentados contra sus amigos. El primero sucedió el 16 de febrero de 2006, cuando el comandante Gaspar, fue acribillado después de salir del Bar Joy. Gaspar quedó en silla de ruedas, regresó a trabajo de escritorio y luego lo desaparecieron.

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