Tamaulipas

Navega en el río Bravo una reliquia del pasado

El ferry, único en su tipo, cruza desde Gustavo Díaz Ordaz, Tamaulipas, a Los Ébanos, Texas, uniendo a dos países
  • Por: Francisco Valdivia  
  • 20 / Julio / 2025 -
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Navega en el río Bravo una reliquia del pasado

"El chalán", único en su tipo de tracción humana que une a dos países.

En pleno siglo XXI, donde la tecnología domina todos los aspectos de la vida cotidiana, una reliquia del pasado sigue desafiando al tiempo y a la modernidad en la frontera entre México y Estados Unidos. Se trata de "el chalán", el icónico ferry que cruza el río Bravo desde Gustavo Díaz Ordaz, Tamaulipas, a Los Ébanos, Texas, manteniéndose como el único en su tipo que une dos países y que aún opera de forma manual en toda la frontera binacional.

Este peculiar ferry no utiliza motores ni combustible. La plataforma metálica es impulsada por un grupo de trabajadores que, con esfuerzo físico y precisión, jalan manualmente una cuerda anclada a ambos extremos del río para trasladar vehículos y pasajeros de un lado al otro. El trayecto, además de funcional, ofrece un espectáculo visual, permitiendo a los usuarios disfrutar de la belleza natural del cauce del río Bravo en un ambiente tranquilo y casi nostálgico.

"El Chalán" no es sólo un medio de transporte: es una experiencia. Cada viaje es una ventana al pasado, un recordatorio de la simplicidad y cooperación humana que aún puede sobrevivir en tiempos modernos. Para muchos residentes de Díaz Ordaz y Los Ébanos, este ferry representa un recurso vital para estudiar, trabajar o realizar actividades comerciales transfronterizas.

Pero su atractivo va más allá de lo funcional: visitantes de otras ciudades, tanto de México como de Estados Unidos, llegan atraídos por la peculiaridad de este sistema de cruce. Familias, estudiantes y turistas se acercan para vivir la experiencia única de atravesar la frontera sin autoservicio ni automatización, únicamente con la ayuda de manos humanas y un paisaje que parece detenido en el tiempo.

"El chalán" continúa navegando el presente con alma de pasado, convirtiéndose en un símbolo de identidad regional, de tradición viva y de conexión humana a través del río Bravo. Su operación diaria, más allá de ser un simple cruce, es una expresión de historia, cultura y resistencia frente al avance impersonal de la tecnología.

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