Supera el dolor con risas
Danny Trejo fue adicto, estuvo en prisión pero ya todo quedo atrás
Volverse adicto a la heroína a los 12 años, coleccionar asaltos a mano armada en su adolescencia y pasar varios años en las prisiones más peligrosas de Estados Unidos son experiencias que Danny Trejo recuerda hoy con humor, y todo gracias a que por su cuerpo corre sangre mexicana.
“El humor, la risa, así es como sobrevivimos los mexicanos. En prisión, de hecho, siempre tienes muy buen humor. Un humor muy enfermo, pero lo tienes. Y debes mantenerlo a flote porque si no te vuelves loco, debes luchar contra ti mismo para no caer en la locura”, comparte en entrevista exclusiva.
ACTUABA EN LA CELDA
“Cuando estaba en la celda de aislamiento, solía actuar escenas de El Mago de Oz. Recreaba El Jorobado de Notre Dame en mi celda, solo. Es una forma de controlar tu insanidad. El problema de la prisión es que puedes pasar del humor a matar a alguien en un instante”.
Ese complicado pasado, lo relata en primera persona en el documental Prisionero Número Uno: El Ascenso de Danny Trejo, donde explica cómo pasó de ser un criminal convicto a un actor muy querido en Hollywood, en donde ha trabajado en más de 400 películas.
“He podido interpretar todos los personajes. Amo lo que hago y para mí, este es mi trabajo (la actuación). Es como si fuera un pintor: si me piden que pinte una casa, lo hago, pero ‘esto es lo que te cobraré’. Para mí esto es sobre el dinero”, admite sin tapujos.
“Sé que los actores me odian cuando digo que lo hago por el dinero, pero no me metí en esto para ser actor, me metí porque me pagaban 50 dólares por ser un extra en una película”.
Aquella cinta que cambió su vida fue Runaway Train (1985), donde además mostró sus habilidades como campeón de boxeo, adquiridas en la Prisión Estatal de San Quentin, en California, mismas que enseñó al protagonista del filme, Eric Roberts.
“Al inicio yo era el ‘Preso No. 1’, ‘Cholo No. 1’, ‘Vato Malo No.1’. Así los primeros cinco años. ¡Pero estaba ganando 320 dólares al día! Estaba feliz de ser ‘Cholo No. 1’ todo el día”, recuerda Trejo, de 76 años.
“La primera vez que me entrevistaron, una jovencita me preguntó: ‘¿no sientes que estás siendo encasillado?’. Le dije: ‘¿de qué?’. ‘Pues es que siempre interpretas al chicano malo con tatuajes’. Le dije: ‘¡pues es que yo soy el chicano malo con tatuajes! ¡No me quieras quitar mi trabajo!’”.
Ahora, 35 años después, Trejo sigue luciendo como ese tipo rudo que se mete en problemas y que ha interpretado en cintas como Pistolero, Sangre por Sangre, Machete, Fuego Contra Fuego y Del Crepúsculo al Amanecer, aunque quien lo conoce sabe que detrás de esa fachada áspera hay un hombre de gran corazón.
