Sufren en carne propia la pesadilla del clembuterol
Ocultan problema de contaminación.
Las autoridades de la Secretaría de Salud (Ssa) saben que hay un problema con una parte de la carne de res que se consume en regiones enteras de México: está contaminada con clembuterol, pero ocultan sus hallazgos a la población.
Lo confirmaron a mediados de 2014. En abril de ese año sometieron a un grupo de 42 jóvenes voluntarios a un inusual experimento: los recluyeron en el Centro de Alto Rendimiento de la Ciudad de México y los sometieron a una dieta de hamburguesas de carne de res.
Después de la ingesta, andaban detrás de los voluntarios para recolectar sus muestras de orina. Cada uno entregó, en promedio, 46 de ellas. Ahí, en ese líquido, tendría que estar la clave.
Y sí lo estaba, pero tanto las autoridades de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) como de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) han ocultado los resultados, pese a los daños que esa sustancia ilegal puede causar en los mexicanos.
El estudio se titula Exposición a clembuterol en sus diferentes fuentes (medicamentos, suplementos y/o alimentos) y su impacto en población específica para determinar los niveles de excreción de clembuterol en orina, así como el comportamiento de los enantiómeros del clembuterol derivados por el consumo de carne que probablemente contiene esa sustancia.
Han negado la existencia de esa investigación o que se conozcan sus resultados, pero éstos son concluyentes: 49% de las casi 2 mil muestras de orina analizadas en ese estudio contienen clembuterol, en algunos casos con concentraciones tan elevadas que los rastros hallados recientemente en el boxeador Saúl El Canelo Álvarez son una cosa de niños.
La pelea que el campeón mundial mexicano sostendría en Las Vegas el próximo 5 de mayo se canceló porque las autoridades encontraron en la orina del atleta 0.6 y 0.8 nanogramos de clembuterol en dos controles que se le realizaron. Un nanogramo es la mil millonésima parte de un gramo.
Las huellas de esa sustancia en algunos de los participantes en los estudios del gobierno mexicano son mayores: 4.9 nanogramos, de acuerdo con los resultados del documento, obtenido por Proceso y Quinto Elemento Lab, mediante solicitudes de acceso a la información.
La Cofepris y la Conade trabajaron en conjunto para realizar una investigación acerca del clembuterol por encargo de la Agencia Mundial Antidopaje (WADA, por sus siglas en inglés).
Según fuentes cercanas al estudio, otros países declinaron realizar una investigación similar, pues suponía dar a voluntarios alimentos posiblemente contaminados.
El gobierno de México decidió hacer un estudio que llaman “doble ciego”: ni los voluntarios ni los encargados de las pruebas sabían si las piezas de carne tenían o no la sustancia prohibida por la ley.
El estudio fue dividido en dos partes; la primera se realizó en 2014, y la segunda, en 2016. El objetivo fue investigar si había alguna manera de distinguir entre el consumo deliberado de clembuterol con fines de dopaje y el consumo accidental de la sustancia mediante carne contaminada. También se propusieron indagar cuánto tiempo se requiere para que el cuerpo deseche totalmente la sustancia.
La WADA se enfrentaba desde 2011 al dilema de qué hacer con los deportistas de México, o con los extranjeros que aquí compiten, y qué tan a menudo fallan en las pruebas antidoping por clembuterol.
Los resultados de esa investigación que concluyó en 2016 los conocieron la propia WADA y dos dependencias mexicanas. Siguen siendo analizados. El gobierno federal los ha mantenido en reserva hasta hoy.
Proceso y Quinto Elemento Lab lograron conocer pormenores de cómo se desarrolló el estudio y a qué resultados llegaron, después de docenas de solicitudes de información y entrevistas con personas cercanas a la investigación.
Para realizar el estudio, la Cofepris adquirió 90 lotes de carne magra molida de res de 2.5 kilos cada uno. La compraron en sitios donde ya antes habían detectado carne contaminada o también en localidades donde alguna vez hubo casos de personas intoxicadas con la sustancia. Obtuvieron 11 lotes en la Ciudad de México. En ocho de ellos encontraron clembuterol. Incluso, en uno de los lotes hallaron un muy alto grado de contaminación.


Los investigadores asignaron un código a cada lote para tener registro del origen de cada pieza y qué voluntario la comió.
En el transcurso de varias semanas los voluntarios consumieron una o hasta tres porciones de carne molida en hamburguesas. Al final, 938 de las mil 916 muestras de orina resultaron positivas a la sustancia. Algunas con concentraciones sumamente elevadas.
Otro de los resultados clave de este estudio contradice lo que altos funcionarios de la Cofepris han asegurado durante años: que para que un deportista fallara un control antidopaje tendría que comer una enorme cantidad de carne contaminada -entre 3.3 y 6.2 kilos-.
Según consta en los documentos, bastó que los voluntarios comieran entre 250 (una hamburguesa) y 750 gramos (tres hamburguesas) de carne magra contaminada para dar positivo a clembuterol.
Ninguno de los participantes enfermó o tuvo síntomas de intoxicación, dijeron algunos de los voluntarios entrevistados.
Los médicos a cargo del estudio determinaron que fueron necesarias de 140 a 170 horas para que los voluntarios eliminaran por completo este químico, vía orina. El lapso dependió de si comieron sólo una o tres porciones de hamburguesa.
De acuerdo con especialistas que intervinieron en el estudio, los resultados sorprendieron a funcionarios de las dos instituciones federales participantes, la Conade y la Cofepris, que depende de la Ssa.
“El problema de verdad es grave”, alerta la doctora María Salud Rubio Lozano, directora del Laboratorio de Ciencia de la Carne de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM. Ella no participó en el estudio de la Cofepris; sin embargo, el año pasado documentó que en algunas regiones de México venden carne de caballo como si fuera carne de res. Sometió muestras a una serie de pruebas y encontró que 93.1% tenía clembuterol.
El uso de clembuterol para la engorda de ganado comenzó a popularizarse entre productores a mediados de los años noventa, cuando se propagó entre engordadores en México la noción de que, mezclada en el alimento del ganado, el anabólico les permite lograr más kilos de carne magra, en menos tiempo y a un menor costo de producción.
Esta sustancia sigue siendo utilizada en algunas regiones del país pese a que está prohibida en México desde 2002 por los daños que causa a la salud animal y humana. La Organización Mundial de la Salud (OMS) prohíbe a los países utilizarla para este fin. Según la bibliografía médica, puede ser particularmente dañina para quienes padecen problemas cardiacos.
Al término de la primera fase de este estudio, la Conade entregó los resultados del análisis de la orina de los voluntarios a la Cofepris. Y los envió también a la WADA como una evidencia más de la presencia de carne contaminada.
