Sólo la Junta Especial puede dar un permiso laboral para menores
En México, desde los 14 años se puede trabajar, pero en condiciones adecuadas
ES REQUISITO LEGAL. Los menores que pretendan trabajar, por iniciativa propia o la de sus padres, deben tramitar la autorización correspondiente en las Juntas Especiales de Conciliación y Arbitraje.
Los menores de edad que pretendan trabajar requieren obligatoriamente de autorización expedida por las Juntas Especiales de Conciliación y Arbitraje.
La titular de la Junta No. 5, Adriana Garza Reyna, indicó que la ley es clara sobre el particular al señalar que la autoridad laboral más cercana es la única autorizada para autorizar este tipo de trabajo.
Indicó que como Reynosa no cuenta con Junta Local de Conciliación y Arbitraje, entonces es responsabilidad de la Junta Especial tomar cartas en el asunto, a fin de constatar que el trabajo infantil cumple con las restricciones que en tal rubro se encuentran consignadas en la ley: que no laboren en sitios potencialmente riesgos para su seguridad, que la jornada laboral sea acorde a las capacidades del menor, que no lo hagan en sitios donde se expenden bebidas embriagantes, que no presten horas extras, etcétera.
Aclaró que en México desde los 14 años se puede trabajar, pero con restricciones, mismas que son menores a medida que la edad aumenta.
Refirió que acorde al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México hay tres millones de niñas y niños entre 5 y 17 años de edad que trabajan: 28.4 por ciento tienen 5 y 13 años y el restante 71.6 ´por ciento entre 14 y 17 años; el 36.2 por ciento de los niños y niñas laboran para un no familiar y 4.3 por ciento lo hacen solos o por su cuenta.
Destacó que la ley lo que desea es evitar abusos contra la niñez y además no privarlos de su derecho a la educación, pues las niñas, niños y adolescentes que se han incorporado al mercado laboral ven disminuidas sus oportunidades de desarrollo.
Afirmó que el trabajo infantil es un fenómeno cuyo origen principal es la pobreza, toda vez que las necesidades familiares impulsan a que los niños trabajen, pero cuando lo hacen se reducen sus posibilidades de acceso a la educación y cuando no acuden a la escuela sus oportunidades de empleo en el futuro decrecen.
