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‘Siempre supimos que fue el Ejército’

A los muchachos los tuvieron en el Cuartel Militar de Iguala, Guerrero

Chilpancingo.

‘Siempre supimos que fue el Ejército’

Clemente Rodríguez, padre del normalista Christian Alfonso, quien según la Fiscalía General de la República (FGR) parte de sus restos óseos fueron localizados en Cocula, señala que ellos siempre supieron que el Ejército participó en la desaparición y asesinato de los 43 estudiantes de Ayotzinapa.

Grupo Reforma reveló ayer que de acuerdo con declaraciones de “Juan”, un testigo clave en las indagatorias sobre el caso Iguala, Guerreros Unidos --grupo al que se le atribuye la desaparición de los estudiantes-- pagaba a militares de los Batallones 27 y 41 de Infantería de 60 a 120 mil pesos, según el rango, aunque señala que había un General que recibía hasta 5 millones de pesos.

“Nosotros sabíamos de la participación del Ejército. A los muchachos los tuvieron en el cuartel militar de Iguala, eso dice el expediente, indica don Clemente.

Eso lo sabe porque la declaración de “Juan” forma parte del expediente que a ellos como familiares dio a conocer desde hace cuatro años la entonces Procuraduría General de la República (PGR), afirma.

Lo que no entiende, señala, es porque la ahora Fiscalía no agiliza las investigaciones y realiza detenciones.

El padre de Christian dice que el supone que el testigo “Juan” es un integrante del cártel Guerreros Unidos, quien está preso y está ampliando sus declaraciones a cambio de algún beneficio económico o una eventual excarcelación.

Según don Clemente, “Juan” también habría participado en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, porque uno de sus cómplices, quien también está preso, lo acusa de manera directa.

Además, afirma que en ese mismo expediente, al que Reforma tuvo acceso, el testigo involucra al ex Secretario de la Defensa Nacional (Sedena) Salvador Cienfuegos y al ex Gobernador de Guerrero Ángel Aguirre Rivero.

En el caso de este último, dice que “Juan” señala que la noche del 26 de septiembre del 2014 --cuando ocurrió la desaparición-- el exmandatario estaba enterado, a través de la Policía estatal, de lo que estaba ocurriendo con los normalistas y nunca hizo nada para frenar su desaparición.



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