Sembrar valores educativos
Urgente su impulso en las empresas mexicanas. Desconcierto por los actos vandálicos de los grupos marginados
gilberto.banda@elmanana.com
”Hace falta el compromiso de manera que se concientice sobre una intervención oportuna en dirección al rescate de una educación basada en valores”.* Alberto Esteban Arellano Rodríguez, catedrático e investigador.
En estos momentos de transición, en los que ya se dan pasos firmes en el combate a la inseguridad, corrupción e impunidad, generada desde hace ya varios años, la empresa en México requiere con urgencia sembrar valores educativos y sociales en el país, afirmó el catedrático universitario e investigador Alberto Esteban Arellano Rodríguez.
“Me siento con un grado de compromiso al hablar sobre este tema y más aún, con el deber de expresar el desconcierto por los eventos actuales, en lo que respecta al robo, necedad, incredulidad, y actos vandálicos de los grupos marginados de mi bello país”, anotó.
Arellano Rodríguez expresa, además: al ver tales actos despreciables, me pregunto: ¿Dónde está la educación y los valores de mi pueblo?
Una de las limitantes de la educación en México, y posiblemente en otros países, -- en mi caso el interés radica en analizar la educación del país en el que vivo y ejerzo la docencia -- es que se enfocan los programas y los planes de estudio hacia el cumplimiento de un perfil de egreso que responda a las necesidades socioeconómicas del país, lo cual es entendible, pero dejan en segundo plano el desarrollo del alumno como ser humano, con capacidad de resiliencia, con ideales que lo proyecten como un ser responsable en el entorno y con su medio, un ser humano con un proyecto de vida.
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Al hablar de valores en educación, no sólo se hace referencia a los que afectan al ser humano, también hay valores que se dejan de practicar, en concreto los familiares, y éstos afectan a la sociedad, al medio ambiente, e incluso a nuestros ideales. Si la educación es la que se encarga de transmitir conocimientos de una manera integrada a la cultura, entonces ésta conlleva un componente ético. La ética marca la brecha entre lo que es y lo que debería ser.
Al respecto, señala: John Locke decía que un joven que no había sido acostumbrado a subordinar la propia voluntad a la razón de los demás, no sería capaz de someterse a la razón propia cuando estuviera en condiciones de hacer uso de ella. Por lo tanto, me parece que un alumno no debe ser formado sólo para responder a las exigencias de una sociedad, sino para responder a las necesidades que como ser social se le vayan presentando, a esto responde la prioridad de formar al ser humano en una disciplina en la que no se ofende a la dignidad de un ser razonable.
Defender los valores éticos familiares y sociales, es una de las actividades que se deben trabajar en el espacio áulico como razón de convivencia en nuestro mundo actual en base a una educación integral. Es por eso que el actuar docente se configura no sólo por los aspectos cognitivos o por un conjunto de habilidades y destrezas, sino también por actitudes, valores y normas morales vigentes. Educar no sólo es transmitir conocimientos, es preparar al alumno como futuro profesionista, pero, sobre todo, como buen ciudadano, capaz de superar un fracaso y que no cimente su progreso a costa del sufrimiento, robo, vandalismo, delincuencia o humillación de los demás.