Se rezaga México en impuesto verde
Los impuestos cobrados por cuestiones de medio ambiente y como método para controlar la contaminación alcanzan hasta 4 por ciento como proporción del PIB en Dinamarca o 3.8 por ciento en Eslovenia, pero México cobra apenas 0.06 por ciento,
Cd. de México.
Este tipo de mecanismos de tributación sirven tanto para aumentar la capacidad recaudatoria de los gobiernos como para controlar ciertas conductas que afectan al medio ambiente, pero no todos los países utilizan el recurso adecuadamente, según el reporte "Indicadores de Crecimiento Verde 2017", recién publicado por la institución.
"Los gobiernos pueden colocar impuestos para elevar la recaudación o para controlar ciertos tipos de conducta. Inicialmente, los impuestos relacionados con el medio ambiente se crearon para elevar la recaudación, pero actualmente sirven para guiar el mercado.
"Su intención es influenciar el comportamiento de productores y consumidores al moldear el precio relativo de bienes sustitutos", dice el documento.
La OCDE señala que la evidencia muestra que el uso correcto de estos impuestos limita las conductas que son perjudiciales al medio ambiente, limitando el consumo desmedido o patrones de producción nocivos, redirigiéndolos hacia usos más productivos.
En promedio, los 35 países que forman esta institución recolectan por impuestos a emisiones de carbono, uso de ciertos químicos o combustibles, entre otros, el equivalente al 1.6 por ciento.
Si bien algunos han logrado encontrar mecanismos muy eficientes, como Italia o Turquía, que recolectan aproximadamente el 3.8 por ciento de su PIB por este tipo de impuestos, otros han quedado atrás en su instrumentación, como es el caso del País o Estados Unidos, que recauda el 0.72 por ciento.
Incluso, el reporte señala que México fue durante mucho tiempo el único país que tenía un incentivo al consumo del combustible, el cual en lugar de limitar una conducta nociva al medio ambiente lo impulsaba, pero que este fue retirado recientemente.
"En la mayor parte de los países, los impuestos al consumo de energía generan la mayor parte del ingreso respecto a los impuestos ambientales. Las tasas a combustibles para motores significaron el 70 por ciento de este tipo de ingreso", señala.
La OCDE dice que, en general, los impuestos ambientales no pueden considerarse como una gran fuente recaudatoria debido a que la base sobre la cual se tributa es muy elástica, es decir, la conducta o producto se puede sustituir fácilmente.
Es por esta misma razón que la colocación de un impuesto resulta muy eficiente para modificar conductas, debido a que un costo adicional puede generar se cree un nuevo patrón de comportamiento.