Se agrava la crisis migratoria; regresan controles fronterizos
Cuestiones de seguridad obligan a las medidas
Bruselas / El País
La enorme afluencia de refugiados que ha sorprendido a Europa en pocas semanas está poniendo a prueba algunos pilares comunitarios. Tras los pasos de Alemania, Austria —recurriendo a los militares— y Eslovaquia han restablecido temporalmente los controles en las fronteras interiores, cuya desaparición constituye uno de los grandes logros de la Unión Europea.
Por primera vez se produce una reacción así por cuestiones migratorias.
La decisión alemana de reinstaurar temporalmente los controles por cuestiones de seguridad ha provocado un relativo efecto dominó en otros países europeos. Cada uno con su propósito —no necesariamente coincidente—, los Estados tratan de alertar de que la llegada masiva de refugiados requiere una respuesta coordinada y la aplicación de reglas claras.
Al movimiento alemán le siguió un anuncio de Austria del despliegue de militares para asegurar la frontera con Hungría, por la que la noche anterior habían cruzado miles de migrantes con dirección a Alemania.
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“Si Alemania aplica controles fronterizos, Austria debe aplicar controles de fronteras reforzados”, aseguró el vicecanciller austriaco, Reinhold Mitterlehner, en una conferencia de prensa. “Y lo vamos a hacer ahora”, avanzó.
Eslovaquia anunció también la introducción de controles temporales en las fronteras, reforzadas con 220 policías más. Y Hungría ha dejado vía libre a los demandantes de asilo que alcanzan su territorio con el único propósito de continuar camino hacia la frontera con Alemania.
Frente a la actitud inicial de pretender registrar a todos los migrantes, como dictan las normas de asilo en la UE, las autoridades húngaras están utilizando trenes especiales para transportar a miles de migrantes desde Röszke, cerca de la frontera con Serbia, hasta Austria. Así lo aseguró una portavoz de ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados, a Reuters.
La incapacidad que está mostrando Europa para lidiar con esta crisis de manera coordinada cuestiona la libre circulación consagrada en el tratado de Schengen. Sin llegar a controlar las fronteras, la primera ministra polaca, Ewa Kopacz, se declaró dispuesta a establecer esa medida “en cuanto haya notificaciones de alguna amenaza a la seguridad”. Y Holanda decidió reforzar las inspecciones en las zonas fronterizas, pero sin llegar a aplicar medidas excepcionales fuera de Schengen.
Todos esos movimientos han planeado como una espada de Damocles sobre los ministros reunidos en Bruselas. Hasta ahora la Comisión Europea solo había recibido seis notificaciones de una suspensión temporal de la libertad de fronteras desde 2013, casi todas por acontecimientos previsibles como la celebración de una cumbre del G7.
Schengen permite siempre realizar inspecciones en las fronteras, pero excluye los controles sistemáticos, salvo situaciones de amenaza a la seguridad interna de un país, como las que invoca Alemania.
El ministro alemán del Interior, Thomas de Maizière, utilizó la excepcionalidad de estas medidas como revulsivo para tratar de sacar adelante la distribución de refugiados por cuotas que propone el Ejecutivo comunitario. Solo este país ha comunicado a Bruselas sus controles temporales, pese a que todos tienen el deber de hacerlo.
Acuerda UE el reparto de 160 mil refugiados
Bruselas, Bélgica/Agencia Notimex
Los ministros del Interior de la Unión Europea (UE) cerraron ayer aquí un “acuerdo político de base” que permitirá el reparto entre la mancomunidad de 160 mil demandantes de asilo sírios, iraquíes y eritreos, actualmente ubicados en Hungría, Grecia e Italia.
“Hay un acuerdo político de base para la reubicación de 160 mil personas”, anunció el titular alemán, Thomas de Maiziere, en una rueda de prensa conjunta con su homólogo francés, Bernard Cazeneuve, durante una pausa de la reunión extraordinaria que celebran con los demás ministros europeos del área, en Bruselas.
Maiziere considera que se trata de “un primer paso importante”, pero señaló que “la verdad reside en la ejecución y puesta en marcha de ese acuerdo”.
Los detalles del reparto -como su carácter obligatorio o voluntario, la cantidad de refugiados que cada país deberá acoger y el calendario para la reubicación- serán decididos en la próxima reunión de los titulares de Interior, el próximo 8 de octubre.
Para el ministro de Inmigración de Luxemburgo, Jean Asselborn, cuyo país ocupa la presidencia semestral de la UE, el acuerdo de hoy es “un importante mensaje político” y permitirá que las primeras reubicaciones puedan comenzar “rápidamente”.
De los 160 mil anunciados ayer, 32 mil 256 plazas fueron ya prometidas en virtud de un acuerdo alcanzado en julio pasado que pretendía la reubicación de 40 mil personas.