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Salvadas por un balón

Organización She Wins y el futbol evitan que cientos de niñas sean vendidas o forzadas a casarse

El futbol puede ser un deporte o convertirse en un agente de cambio para salvar a las niñas y adolescentes de matrimonios forzados por usos y costumbres.

Salvadas por un balón

El futbol me ha dado amistades muy bonitas. Me ha dado experiencias, conocer lugares que no hubiera conocido, me ha dado muchos valores, me ha enseñado a convivir y a ser abierta, lealtad entre nosotras, respeto y compañerismo”. KAREN RAMÍREZ MONROY, JUGADORA SUB-17 DE PUMAS FEMENIL

Han sido noticias sorpresiva y bonitas, se pararon todos los proyectos de futbol, ella no dejó de jugar y de prepararse, y aún con todo y pandemia, siguió adelante”. VERÓNICA MONROY, MAMÁ DE KAREN

Con la pandemia estaba desanimada de que el proyecto se detuvo, pasó por ese momento de frustración, nunca dejó de entrenar y siguió entrenando vía Zoom, vino este llamado a la Selección, se abrió el hueco por la lesión de una jugadora y eligieron a Karen, así pasan las cosas cuando llegan estos llamados”. REGINA VIVANCO, DIRECTORA DEPORTIVA DE FUTSAT FEMENIL

El futbol puede ser un deporte o convertirse en un agente de cambio para salvar a las niñas y adolescentes de matrimonios forzados por usos y costumbres.

La organización She Wins, fundada por Cecilia Vales, ha documentado casos donde niñas que formaban parte de su programa, cuya misión es usar el deporte y la educación para su desarrollo social, personal y profesional, han abandonado el espacio al ser puestas en venta por sus familias para casarse, pactos de los que no se enteran hasta que tienen que contraer matrimonio, forzadas a cambiar el balón por una vida que no eligieron.

“A los 12 años la vida de una niña cambia, cambia porque nuestro cuerpo cambia, y al momento de tener tu menstruación pasas de ser una niña a una mujer, y a los 12 años ya te vendieron, y a los 16 seguro tienes un hijo, si logras sobrevivir a ese embarazo después tienes que mantener a tu familia y muchas mujeres tienen que vender su cuerpo”, profundiza Vales en entrevista a Grupo REFORMA.

“Si a los 12 años le das acceso a educación, que pueda ser parte de un equipo deportivo, tener una comunidad, ir al doctor, que se sienta segura y tener voz para saber qué quiere hacer en su vida: invertir en una niña es cambiar generaciones”.

Para romper el esquema de una comunidad que defiende sus usos y costumbres el diálogo con la familia y los líderes comunitarios puede tomar años de acuerdo con Cecilia, quien ha trabajado con She Wins en la Península de Yucatán, en comunidades rurales y mazahuas, en el Estado de México, en Morelos y Ciudad de México.

Cambiar de raíz la idea de que los niños son los únicos que traen bonanza a la familia es uno de los principales obstáculos a los que se han enfrentado.

“En ciertas poblaciones nos ha tocado oír de la venta de niñas y ‘dejó de venir al programa de futbol porque se la llevaron al pueblo de a lado y la vendieron para que se casara’ o la simple prohibición de no jugar cualquier deporte porque eres niña, son pocos los papás que defienden los derechos de sus hijas”, explicó.

El mayor riesgo de mortalidad materna corresponde a las adolescentes de menos de 15 años.

Las complicaciones del embarazo y el parto son una de las causas de muerte principales de las adolescentes en la mayoría de los países en desarrollo, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud.

LES DAN UN BALÓN

Sin embargo, la vidas de decenas de niñas y adolescentes han cambiado en el trabajo con las academias y clínicas deportivas, talleres de habilidades para la vida, clases de inglés, cursos para entrenadoras, diplomacia deportiva e intercambios internacionales de aprendizaje y servicio que les ofrece She Wins, fundada en 2015.

“Tenemos niñas, ahora adolescentes, que llegaron con nosotros cuando tenían 7 años, han pasado por los programas con la alianza de Futsat. Hemos tenido un efecto positivo en su vida con la esperanza de que sean las líderes en nuestro País y dejen mejor este lugar de como lo encontraron”.

She Wins le ha dado un balón a 4 mil 200 niñas para cambiarles la vida que tenían como destino.

PUMAS LA ARROPA 

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Equipos como Pachuca y Pumas femenil se acercaron a Karen Monroy para invitarla a realizar visorias en su categoría Sub 17, que recientemente fue creada en la Liga MX femenil para comenzar a tener fuerzas básicas dentro de los planteles a partir de esta temporada.

Durante dos meses, Karen asistió a todas las visorias de Pumas y pasó el corte todos los fines de semana para finalmente pertenecer a la categoría Sub 17 y estar a un paso de su sueño.

“Jugar y debutar en Primera División es mi más grande sueño en el futbol y también sueño con ser doctora. Hay jugadoras que son futbolistas y tienen su título”, confesó la futbolista de 15 años.

“Después me gustaría jugar en el extranjero, pienso en Europa”.

Los dorsales 9, 11 y 17 son sus preferidos, el último más porque es con el que jugaba su papá en los llanos. Karen habla sobre su infancia y sus inicios en el futbol.

“Le diría a esa Karen que se esforzó mucho por lograr lo que hasta ahorita es, está cada vez más cerca de su sueño y que sí lo puede lograr”, dijo certera.

Karen ya ganó su primer partido a la adversidad.

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8 AÑOS Karen Ramírez Monroy se une al proyecto para niñas de escasos recursos del DIF de Tlalnepantla.

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8 AÑOS Empieza a entrenar en las canchas de la Academia FutSat.

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12 AÑOS La llevan al programa de la organización She Wins, que usa el deporte y la educación como herramienta para el desarrollo social.

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12 AÑOS Viaja a Minnesota a participar en un torneo de futbol.

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15 AÑOS Ana Galindo, entrenadora de la Selección Mexicana femenil Sub 17, la convoca en junio pasado a un campamento con el conjunto tricolor.

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15 AÑOS Durante dos meses (junio y julio) estuvo en visorias con Pumas, que la contrata para la Sub 17.



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