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Roma, Texas, tiene su historia

HILVANES HISTÓRICOS

De nueva cuenta el Colegio de Cronistas e Historiadores del Norte del Nuevo Santander, tuvo su reunión ordinaria donde se tomaron importantes acuerdos.

Vista de la iglesia católica de Roma, Texas.Roma, Texas, tiene su historia

El nombre de la población deriva del apelativo que tenía la antigua villa ubicada en el lado mexicano que era San Pedro de Roma, que políticos estatales resolvieron cambiar por el de Ciudad Miguel Alemán, por lo que Roma y Miguel Alemán son vecinas.

Reunidos a las 11:00 horas en el local del Centro Mundial de las Aves, los historiadores realizaron una visita a los principales edificios de la ciudad, guiada por el arquitecto Carlos Rugerio Cázares, quien demostró su gran conocimiento de la arquitectura de los siglos XVIII, XIX y XX, lo que causó gran admiración a los invitados foráneos.

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Museo Histórico de Roma, Texas.

SU ORIGEN

Roma tiene su origen en la fundación de la Villa de Mier, la cual fue fundada por órdenes del coronel José de Escandón y Helguera, conde de Sierra Gorda, el 6 de mayo de 1753. Órdenes dadas a José Florencio de Chapa, quien repartió los solares a las 27 familias fundadoras.

Fue en 1757 cuando llegaron los visitadores capitán de dragones José Tienda de Cuervo y el ingeniero Agustín López de la Cámara Alta, enviados por el virrey Agustín Ahumada y Villalón a realizar un censo de las poblaciones fundadas y conocer el estado económico de los vecinos.

Posteriormente, en el año de 1767, el gobernador Juan Fernando de Palacio acompañado por el notario José Osorio y Llamas visitó las villas del norte con el propósito de realizar el reparto y escrituración de las tierras a los pobladores.

Fue entonces cuando la Villa de Mier recibió legalmente todos los terrenos que serían propiedad de sus vecinos, contándose entre ellos probablemente, las tierras donde se ubicarían posteriormente San Pedro de Roma en la ribera sur del río Bravo y Roma en el lado norte.

IMPACTO DEL TIEMPO

Roma, como todas las villas del norte, sufrió las inclemencias del tiempo. Desastres producidos por los huracanes, fuertes lluvias, heladas en invierno e insoportables calores en verano, además de los ataques de indios rijosos, levantamientos armados y la guerra con Texas.

Pero los embates de la historia no la han acobardado, sino al contrario, la han fortalecido y todo por el valor y el coraje de sus fundadores y sus descendientes que han mostrado ante las adversidades.

Muestra de ello son las recias y bellas construcciones que todavía perduran de épocas pretéritas como la Parroquia de Nuestra Señora del Refugio construida en Roma en 1854 por el arquitecto Ives Pierre Keralum, cuya bella torre es de estilo neogótico. Es de hacerse notar que varias iglesias de esa época fueron construídas con ese estilo, entre ellas la iglesia de Ciudad Mier. También la capilla de la antigua misión “Los Sáenz” fue edificada en 1891 siguiendo el mismo estilo. Anterior a esta capilla fue la denominada capilla Santa Ana, construida en 1840 y restaurada posteriormente por el presbítero Hugo de Bandenbush.

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Residencia de la familia Guerra en Roma, Texas.

CON AIRES DE NOSTALGIA

Otra de las construcciones más autóctonas de la región es la casa de Filomeno Góngora levantada con piedra caliza de la región, la cual conserva vestigios de su aplanado y pintura original.

Se cuenta también con la casa de Guillermo Muguerza, que originalmente fue de dos plantas conservándose ahora sólo una y con las mismas características materiales de la región.

Entre las obras que han sido restauradas y que le dan a Roma esa característica colonial mexicana muy bella, se encuentran la casa de Leocadia García, de dos plantas, del año 1840 aproximadamente; la casa de Noah Cox, de 1850; la casa del escribano Arnulfo Guerra, de 1850; el local que ocupó el primer Consulado Mexicano abierto en Roma en 1883, siendo presidente de la república el general Manuel González, originario de Matamoros, Tamaulipas.

También se conservan las casas de Prudencio Pérez González; de Pablo Ramírez (1884); de Pablo Adam Ramírez (1898), que curiosamente tiene la cornisa de pirámide invertida; la casa y tienda de J.C. Ramírez; la de Lino Ramírez (1840); la bella casa de la familia Vizcaya (1880), la cual es desde 2000 el Museo de la Ciudad.

Existen todavía el edificio de la aduana (1908), donde actualmente se encuentran las oficinas de la Cámara de Comercio; la antigua casa de la familia Pérez, que fue el primer hospital de Roma; la casa de don Manuel Guerra (1884), que conserva un hermoso barandal en el segundo piso. Otro bello edificio es el antiguo convento (1880), único por su techumbre a cuatro aguas, aperaltada.

Se conservan otros muchos más edificios de siglos pasados que le dan a Roma ese aire de nostalgia de ciudad histórica. Por eso, al entrar en la ciudad, nos dio la sensación de ingresar a otra época, como si el tiempo hubiese retrocedido y regresáramos a esos bellos ayeres.

Los cronistas e historiadores que asistimos a la reunión celebrada en esa ciudad, regresamos a nuestros hogares con el corazón cargado de añoranzas por los tiempos pasados. Después de una junta con los historiadores y cronistas del noreste, se eligió al antropólogo Martín Salinas como nuevo presidente.

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Agradezco la invitación del arquitecto Carlos Rugerio Cázares.

Arnoldo Gárate es socio fundador de la Sociedad de Historia de Reynosa, A.C. Mail: lic_garatechapa@yahoo.com.mx




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