Escena

Rescata intervención casa de O'Gorman

Audaz desde cualquier ángulo, el de Palmas 81 se convirtió en el primer inmueble funcionalista de América Latina.
  • Por: México, D.F. / Reforma
  • 25 / Febrero / 2013 - 06:50 p.m.
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Juan O'Gorman construyó en San Ángel una casa para seducir a Diego Rivera.

"Es una conjetura", previene el arquitecto Víctor Jiménez, "pero no sería aventurado suponer que O'Gorman hizo la casa pensando en que la viera Diego para seducirlo con un proyecto que le resultase atractivo".

Audaz desde cualquier ángulo, el de Palmas 81 se convirtió en el primer inmueble funcionalista de América Latina. Hace dos años, el INBA lo compró en 14 millones de pesos e inició una restauración que este mes concluye.

Jiménez, responsable de la intervención que ha devuelto su imagen original a la casa de 1930, plantea que el jovencísimo arquitecto, entonces de 24 años, inventó que la vivienda era para su padre, aficionado a la pintura, pero en realidad era un "guiño al ojo de Diego".

"El padre tenía una casa colonial que sigue existiendo en la zona. Creo que le daba pudor decir que la había hecho básicamente para mostrar qué significaban las nuevas ideas de la arquitectura llevadas a la realidad.

Su intención era mostrarla a alguien que le gustara como cliente, y ese alguien era Rivera".

O'Gorman, artífice en 1950 de la Biblioteca Central de Ciudad Universitaria, tenía una amistad juvenil con Frida, recuerda Jiménez. La pintora se había casado con el muralista en 1929, año en que el arquitecto proyectó la obra de Palmas (calle rebautizada como Diego Rivera). "Frida y Diego vivían en un departamento de la Colonia Cuauhtémoc; evidentemente no era el mejor espacio para alguien que quería pintar cuadros de gran formato".

Una vez que Rivera conoce la casa, el arquitecto propone venderle un terreno adjunto al mismo precio que él consiguió, siempre y cuando le encomiende la construcción de la actual Casa Estudio Diego Rivera y Frida Kahlo. El pintor acepta de inmediato, además de postular que O'Gorman ha inaugurado en Palmas 81 una estética arquitectónica. El comentario sorprendió al autor, que sólo pretendió construir un espacio funcional, económico, sin ornamentos, acorde a las necesidades de un País diezmado por la Revolución.

"No hay nada más avanzado en el mundo en ese momento. Puede ser tan avanzado como lo está haciendo él, pero más avanzado no. En algunos aspectos está rebasando a la vanguardia europea", destaca Jiménez.

Incorpora, por ejemplo, una terraza cubierta en la planta baja cuyos soportes son unas columnas esbeltas llamadas pilotis, en la línea del arquitecto Le Corbusier, que la hacen parecer suspendida. Instala también una escalera helicoidal de concreto, con un reducido pasamanos, de modo que resulta también aérea.

"Es como un manifiesto: él dice 'esto es lo que se puede hacer con este nuevo material que es el concreto armado; en 1929 ya se usa, pero está lejos de ser un material tan generalizado como hoy", refiere Jiménez. La escalera helicoidal, demolida por los Borisov, única familia que ocupó el inmueble tras habitarlo el hermano de O'Gorman, se restituyó a partir de planos del autor y fotografías de la época. No menos innovador fue un estudio con tres caras de cristal en la planta alta.

"No hay en ese momento en la arquitectura habitacional nadie que haya propuesto fachadas íntegramente de cristal en casas. En el siglo 19 se habían previsto en invernaderos y fábricas, pero se pensaba que eso era para las plantas, las máquinas o los obreros durante su trabajo".

La vivienda añade elementos del arte popular mexicano, entre ellos una cerca de cactos, unos tecorrales, muretes de tradición rural fabricados con piedras de río, y colores de la arquitectura popular.

Sin embargo, Jiménez encontró una construcción tan vulnerable que, confiesa, "me heló la sangre". "Recordemos que la casa la hizo O'Gorman con su primer ingreso como dibujante de arquitectura. Estaba financiándola e improvisó mucho, incluso más allá de lo prudente. Los castillos tenían 'alambritos' en lugar de varillas, además la resistencia del acero en esa epoca era muy baja y un muro no tenía cimientos ¿cómo estaba en pie? Es un misterio", asegura.

Parte de la intervención, la que requirió mayor tiempo y dinero, fue precisamente reforzar la estructura para cumplir la normatividad antisísmica, detalla el especialista.

"La gente piensa que llegamos, pintamos y ya está, pero no es así. Mucho de lo que hacemos no se ve, pero de eso se trata, de que no se note".

Los que si tendrán notoriedad son los elementos funcionales de la casa, como la instalación eléctrica o el ducto de calefacción.

"Ya en esa época los arquitectos los ocultaban, pero O'Gorman piensa que la función no debe obstaculizarse por la estética, por eso todos los elementos funcionales quedan a la vista. Si es algo que usamos, no hay por qué pensar que es feo".

Exhiben vestigios murales
Durante las obras se encontraron los vestigios de un mural que O'Gorman pintó en la casa y desprendió después, cuando vendió la vivienda a la familia Borisov, en los años 60. La obra pertenece ahora al acervo de Banamex.

"Esos trazos sirvieron de base a O'Gorman para trabajar el mural y se dejarán expuestos para dar testimonio también de su trabajo como pintor", apunta el arquitecto Víctor Jiménez.

Se prevé colocar una reproducción en tamaño natural de la obra y diseñar una exposición que relate su historia, adelantó el especialista.


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