Reprochan turcos inacción por ataque
Con recomendaciones para evitar salir de casa y manifestaciones amanecieron los habitantes de Ankara, un día después del peor atentado de su historia.
Ankara, Turquía
“Es terrible lo que ha sucedido. No sabíamos la magnitud de lo que pasó y ahora esperamos que haya una respuesta. Las bombas matan, pero mata más el silencio”, dijo Emir C., joven estudiante de medicina.
Emir fue uno de miles que ayer se congregaron para repudiar el ataque y criticar al Gobierno por una falta de medidas de seguridad.
“Si lo que desean es meternos miedo, no lo van a lograr y toda esta manifestación es una muestra”, señaló, por su parte, la ama de casa Zayna O. durante la marcha.
Con banderas, carteles con caras de las víctimas y el puño derecho en alto, los manifestantes mostraron su rabia e impotencia y, al unísono, exigieron una explicación contundente.
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Ante el descontento, en algunas calles del centro de la ciudad se observó un mayor número de elementos policiacos que de costumbre. Antes de pasar por los torniquetes del Metro, por ejemplo, los pasajeros debían mostrar sus pertenencias y acercarlas a un detector.
La Embajada de México en Turquía también urgió a los connacionales a evitar hacer viajes a provincias turcas colindantes con Siria y a zonas urbanas en las que se lleven a cabo manifestaciones.
Hasta ahora, ningún grupo ha reivindicado los bombardeos.
Pero las autoridades sospechan de milicianos del autonombrado Estado Islámico, grupo que en julio reivindicó un ataque similar en la frontera con Siria.
El Gobierno de Recep Tayyip Erdogan declaró tres días de luto y ordenó que las banderas ondearan a media asta.
Pero ni eso ni el aumento en medidas de seguridad fue suficiente para varios manifestantes, que incluso denunciaron represión contra las marchas por parte de la Policía.
En la ciudad sureste de Diyarbakir, gente protestando con claveles rojos fue dispersada con gas lacrimógeno y cañones de agua.
“Estamos de luto, pero no nos van a silenciar. Hay solidaridad y continuaremos exigiendo un alto a la represión”, indicó Muhammet H., un joven ingeniero.
“Venimos a manifestarnos para pedir paz en nuestro país y con lo que nos encontramos fue con cañones de agua. Pero aquí estamos y no nos vamos a quedar callados”, externó, por su parte, Merel T.
Las autoridades también generaron descontento al rechazar que se pospongan elecciones programadas para el 1 de noviembre.
En los comicios, Erdogan busca que su partido, AKP, recupere la mayoría en el Congreso.
“Los cadáveres de nuestros compañeros siguen en el piso ¿y quieren que lo ignoremos para hacer campaña?”, recriminó Selattahin Demirtas, del opositor Partido Democrático de los Pueblos (HDP).
Por su parte, familiares comenzaron a enterrar a sus seres queridos, entre llantos e impotencia.