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¡Ratas devoran a ancianita!

Falleció misteriosamente y fue encontrada con el rostro carcomido

La única compañía de María Luisa Zaragoza Fuentes era un perro negro, el cual no pudo hacer nada por ella para evitar que muriera y sola. La señora fue encontrada con la cara devorada, supuestamente por las ratas.

SEÑALADO. El perro negro era todo lo que acompañaba a María Luisa y al principio se creía que éste la había devorado. (Foto: Agencias)¡Ratas devoran a ancianita!

La mujer apareció con su rostro desfigurado, la nariz, la piel del pómulo y ojos estaban destrozados.

El descubrimiento del cadáver se dio a la una de la tarde por sus sus vecinos, quienes acostumbraban visitarla y compartirle alimentos porque su familia no la frecuentaba.

Dionisio, uno de los testigos reveló a la autoridad que a la mujer tenía dos días de no verla así que se preocuparon por ella.

La oxidada puerta principal estaba empareja y al tocarle en varias ocasiones no recibió contestación y optó por empujar, fue así como descubrió el cadáver.

Al verle el rostro desfigurado la creyó víctima de un crimen y por eso se solicitó a la Policía.

Sus restos seguirá en Semefo, porque los familiares y los vecinos que la ocalizoron no mostraron interés de ir a reclamarla, con la simple excusa que no la frecuentaban o nunca convivieron con ella. 

El canino, al que le achacaron inicialmente que la había devorado, quedó en poder de un vecino de la colonia y el domicilio quedó bajo resguardodel Ministerio Público.

Sin limpias

ARTEAGA.- De María Luisa se decía que era curandera, que tenía mal carácter  y de que nadie entraba a su casa pues a todos les decía que tenía un perro bravo.

Marina Perales Sifuentes, de 71 años, recuerda muy bien la vida junto a María Luisa, a quien conocía desde la escuela.

“Tenía un carácter muy fuerte, ella venía aquí (a mi casa), venía mucho, era la única parte donde se metía en esta cuadra, y fue por su carácter que empezaron a dejar de frecuentarla sus parientes”.

María Luisa era una persona “misteriosa”. No le gustaba trabajar y para sobrevivir realizaba limpias.

“La podías encontrar en la calle, pedía que 10 pesos prestados, a veces un cigarro, y había quienes le decían ‘te doy el cigarro, pero a cambio hazme tal o cual trabajo’.

Fue el lunes la última vez que la vieron con vida, El jueves, Marina y su yerno, fueron hasta el domicilio de María Luisa, y tras forzar la puerta lo primero que pasó fue que el perro salió corriendo, después vieron por la ventana del dormitorio el cuerpo de la anciana tendido en el suelo, con la cara carcomida al parecer por roedores.



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