Provoca boda real lágrimas de emoción
Se casa Princesa Magdalena de Suecia con banquero neoyorquino Christopher O'Neill
Al verla encaminarse hacia el altar, Christopher O'Neill apenas pudo contener las lágrimas de emoción.
Y no era para menos: la Princesa Magdalena de Suecia lucía deslumbrante en su vestido de organza de seda y encaje blanco diseñado por Valentino.
Ella era toda sonrisas al entrar del brazo de su padre, el Rey Carlos Gustavo, a la Capilla Real de Estocolmo, donde ayer se convirtió en esposa del banquero neoyorquino que conquistó su corazón.
Los novios lucían visiblemente emocionados mientras se desarrollaba la ceremonia, en la cual se escuchó la tradicional marcha nupcial sueca a cargo de un coro infantil.
Asimismo, sonaron himnos en sueco y en inglés, con interpretaciones de la vocalista del grupo Roxette, Marie Fredriksson, así como de Peter Joback, actor de la obra de Broadway El Fantasma de la Ópera.
La Capilla Real estaba decorada con típicas flores suecas de verano, como hojas de haya, peonías rosas y blancas, lilas y lirios del valle, que remitían a la belleza del verano sueco.
A la izquierda del altar yacía la corona de la Princesa Eduviges Isabel Carlota de Holstein-Gottorp (esposa de Carlos XIII de Suecia).
La impresionante diadema de 1778, aderezada con piedras preciosas y perlas, fue colocada sobre la pila donde Magdalena fue bautizada.
VOTOS DE FIDELIDAD
La emoción de los novios se contagió a varios de los 470 invitados, casi todos miembros de la realeza europea y de la alta sociedad neoyorquina.
Algunos de ellos incluso derramaron lágrimas en los momentos más emotivos del enlace.
Uno de ellos fue cuando Magdalena y Chris leyeron sus votos de fidelidad (ella en sueco y él en inglés), mientras se miraban fijamente a los ojos e intercambiaban sonrisas cómplices.
El servicio religioso, que fue oficiado por el reverendo Lars-Göran Lönnermark, duró 45 minutos y al final se escucharon 21 cañonazos a manera de conmemoración por el enlace de la pareja.
A continuación, los recién casados salieron de la capilla tomados de la mano y, para deleite de los miles de curiosos que se arremolinaron, se dieron no uno sino tres besos.
Posteriormente, abordaron un carruaje descubierto tirado por caballos que los condujo a través del Gamla Stan, un pueblito medieval, hasta el muelle.
A lo largo de su recorrido, la multitud hizo valla y les gritaba vítores y aplaudía mientras agitaba banderas de Suecia.
"Le deseamos mucha felicidad en el futuro a la Princesa Magdalena", dijo Julia Huelsman, quien viajó especialmente desde Munich, Alemania, para la ocasión.
NAVEGAN
A LA RECEPCIÓN
Al llegar al muelle, los flamantes esposos se subieron a la misma barcaza real que la Princesa Victoria y Daniel Westling usaron hace tres años tras su enlace para dirigirse hacia el Palacio de Drottningholm Palace, donde se realizaría la recepción y el banquete.
De acuerdo con la revista Hello!, la cena estuvo a cargo del reconocido chef sueco Mathias Dahlgren, quien preparó un menú con platillos tradicionales.
Tras el banquete, ofrecido por los reyes Silvia y Carlos Gustavo, estaba proyectado un baile en el Salón White Sea, al cual se esperaba la presencia de unos 350 invitados, entre ellos el director general de la cadena de tiendas de ropa H&M, Karl-Johan Persson, y el golfista Jesper Parnevik.
