Profesión de vocación y extremos cuidados

Quienes son propietarios o quienes trabajan en una veterinaria, aseguran que aunque es un buen negocio, es más la vocación que el lucro que se obtiene al dedicarse a este giro en específico.

En el marco del Día Mundial del Veterinario, Julieta Zúñiga Carrasco, médico veterinario zootecnista, comparte su experiencia al comentar que es una profesión muy noble pero al mismo tiempo un poco castigada en la cuestión económica.

“Definitivamente hay que estudiar mucho y especializarse en tratar una especie en específico, si se quiere obtener una muy buena ganancia, ahora que si hablamos de una clínica veterinaria o de un consultorio como tal, hay que ser paciente para ver resultados”, explicó.

Dijo que hacerse de clientes y dar a conocer su trabajo es un proceso tardado y complicado que se lleva su tiempo y para comenzar a ganar dinero es indispensable realizar un buen trabajo para que los dueños de mascotas los recomienden, ya que es esa su verdadera publicidad.

Por otro lado, dijo que hoy en día se hacen más campañas de respeto, cuidado y responsabilidad animal, lo cual es un beneficio para ellos como veterinarios y un motivo de gusto, ya que con esto se fomentan actividades relacionadas a la vacunación y a la estética de las mascotas.

Refirió que los insumos para un negocio de éstos no son tan caros si se trata de mascotas clásicas como perros, gatos, tortugas o peces, sin embargo, lo que se requiere para mantener en buenas condiciones a especies más exóticas tiene un costo más elevado y para ellos una mayor ganancia.

En este sentido, aclaró que sus ganancias como dueña de un consultorio veterinario, vienen básicamente del consumo por volumen más que por precios, y a pesar de esto, Zúñiga Carrasco se siente satisfecha con su profesión.

“Es una carrera muy gratificante en donde tus pacientes aunque no hablan, te expresan y muestran agradecimiento a su manera y se siente bonito”, finalizó.