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Lecciones venezolanas para políticos mexicanos

Lo que ocurre en Venezuela ya comenzó a suceder en México. No me refiero solo a las semejanzas de López Obrador con Maduro y su antecesor Chávez, sino a las similitudes entre los procesos políticos que han seguido ambos países.

Lo que ocurre en Venezuela ya comenzó a suceder en México. No me refiero solo a las semejanzas de López Obrador con Maduro y su antecesor Chávez, sino a las similitudes entre los procesos políticos que han seguido ambos países.

El estilo de liderazgo mesiánico-autoritario de los tres es el mismo. El proyecto bolivariano de socialismo del siglo XXI y la versión del nacionalismo revolucionario lopezobradorista abrevan de iguales veneros ideológicos; por tanto, las consecuencias de llevarlos a la práctica serán igualmente trágicos aquí como lo son ahora allá.

Lecciones venezolanas para políticos mexicanos

La analogía es más visible cuando se observan los factores que posibilitaron la irrupción del chavismo, su victoria en 1998 y su incremental empoderamiento hegemónico, hasta llegar al reciente paso del autoritarismo populista al totalitarismo.

Este análisis proporciona lecciones a los mexicanos. Varias de las etapas por las que pasó Venezuela ya se han cumplido en nuestro país. Aún estamos a tiempo de evitar caer en la fase más peligrosa del proceso.

El factor que hace 19 años le abrió las puertas del poder al líder del Movimiento V República —transformado en el actual Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV)— fue el colapso, por corrupción e ineficacia, del régimen político que restauró la democracia tras la dictadura de Pérez Jiménez.

Antes del arribo chavista la inconformidad y la incertidumbre eran las notas dominantes en la sociedad venezolana. La pregunta ¿Qué va a pasar? estaba en toda conversación. C. R. Hernández respondió entonces: “el caos inmediato o la africanización”. Lo primero “podría ser pensar en el golpe de Estado dado por un sargento, que, negando la democracia, se sienta poseedor de quién sabe qué virtudes y nos hunda en un proceso violento y sangriento… Hambre y desesperación serían sus consecuencias…”. Lo segundo es no hacer nada, seguir corriendo la arruga y consumiendo los recursos…”. En el intermedio hay un sinnúmero de posibilidades que ofrecen nuestro país, su gente y la democracia… (El motín de los dinosaurios, Editorial Panapo, Caracas, 1995).

En cuatro décadas, a partir de 1959, la partidocracia frustró la ilusión democrática y el sueño del progreso fundado en la riqueza petrolera. Los liderazgos se pervirtieron, figuras como Carlos Andrés Pérez, socialdemócrata, y Rafael Caldera, demócratacrisitiano, cayeron en el personalismo egoísta y el desprestigio. (Pérez Schael, El Excremento del Diablo, Aldafil Ediciones, Caracas, 1997).

El más visionario fue Aníbal Romero: “el acelerado proceso de disolución social experimentado estos pasados años, contribuye a erosionar las bases del sistema… ese mismo proceso se traduce en una acentuada apatía popular… a las élites venezolanas sólo les resta la voluntad de dominio, en medio de una escalada de deterioro y rechazo resignado, y no parecen tener recursos intelectuales y éticos para restaurar el menguado mito democrático. Todo lo cual, insisto, abre un vacío político propenso a ser llenado por liderazgos carismáticos…” (Disolución Social y Pronóstico Político Ed. Panapo, Caracas, 1997).

Con Chávez en el trono, el diputado democristiano Ramón Guillermo Aveledo clamaba desde el parlamento: “Vivimos una crisis, por eso mismo fue electo el comandante, de lo contrario no lo habría sido… es producto de la crisis… pero ahora… puede agravar la crisis o iniciar el camino para resolverla…” (6 de abril de 1999).

Vanas expectativas; el plan chavista de “los tres eslabones” ya estaba en marcha: primero, ofensiva de masas; segundo, aceleración estratégica (la constituyente de 1999); tercero, desencadenamiento histórico, ruptura de lo viejo. “Hacia ella vamos”. (H. Chávez, 23 marzo, 1999). Tocó a Maduro ejecutar la última. Y vendrán días aún más difíciles.

¿Aprenderán las élites mexicanas las lecciones de Venezuela o nuestros pimpantes presidenciables seguirán la ruta de Caldera y Pérez?

(Analista Político)

Twitter: @L_F_BravoMena


Luis Felipe Bravo Mena

Luis Felipe Bravo Mena

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