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La Ciudad Santa: el conflicto eterno

Los palestinos respondieron a Donald Trump que ellos reconocen el estado de Texas como un estado más del territorio mexicano el cual se anexaron de manera violenta

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, había permanecido muy tranquilo, podría decirse que dormido; tanta paz no podía más que predecir el escándalo que se avecinaba…

Hace algunos días Trump reconoció a la ciudad de Jerusalén como la capital de Israel, dando un giro total a la postura que el gobierno de Estados Unidos había mantenido desde 1980, como apoyo a las Naciones Unidas.

La Ciudad Santa: el conflicto eterno

¿Cómo inicia el conflicto? Jerusalén junto con Byblos (Líbano), Argos (Grecia) y Alepo (Siria) es una de las ciudades más antiguas del mundo, la mayoría de los arqueólogos coinciden en que fue una ciudad fundada por un pueblo semítico occidental, con asentamientos organizados alrededor del siglo XXVI a.c.  

Los judíos aseguran que Jerusalén fue fundada por ancestros de Abraham, el padre de su religión, siendo considerada la ciudad más sagrada del mundo para el judaísmo y el cristianismo, y la tercera ciudad más venerable para el islam.

Por ser motivo de interés para las religiones más importantes, ha estado en medio de guerras en sus más de cuatro mil años de existencia: capital del reino de Judá, fue dominada por el antiguo imperio Romano, conquistada por Alejandro Magno, formó parte del imperio Bizantino, premio mayor de las cruzadas, conquistada por Saladino, después por los Otomanos; hasta que en la Primera Guerra mundial formó parte de la ocupación de Gran Bretaña.

Al término de la Segunda Guerra Mundial la Asamblea General de la ONU aprobó en 1947, que se restablecieran en el territorio de Israel y Palestina los Estados árabe y judío, quedando la ciudad de Jerusalén internacionalizada bajo un régimen especial.

La propuesta fue aprobada por los líderes judíos pero rechazada por los árabes, por lo que da inicio la guerra civil o guerra árabe-israelí de 1948; y tiempo después la ‘‘Guerra de los seis días’’.

Al terminar la guerra, el Estado de Israel proclamó a Jerusalén como su capital, y desde entonces los poderes del gobierno, así como las residencias del presidente y primer ministro israelíes allí están ubicadas.

Sin embargo en 1980 el consejo de seguridad de la ONU declaró nula dicha ley y solicitó a todos los países miembros que cambiaran sus embajadas a la ciudad de Tel Aviv y de esta manera seguir manejando la “internacionalización” de la Ciudad Santa.

Todo parecía marchar relativamente en paz, dentro del conflicto judío-árabe hasta la semana pasada que Donald Trump volvió a “echar limón a la herida” reconociendo la ciudad de Jerusalén como la capital de Israel e iniciando el proceso de trasladar la embajada de los Estados Unidos a esta revoltosa sede.

Después de esta declaración los líderes del mundo dieron su opinión al respecto, los mandatarios de Israel lo hicieron a favor, el primer ministro de Israel Benjamín Netanyahu consideró un “hito histórico” la decisión, que piensa será apoyada por los cristianos y judíos; sin embargo el líder palestino Mahmoud Abbas condenó dicha decisión, afirmando que el presidente norteamericano fulminó cualquier derecho de mediar en el conflicto palestino-israelí.

Los especialistas políticos en cambio han dado varios motivos por los cuales Trump pudo haber manifestado su apoyo a Israel: distraer la atención de los problemas internos de su país, pagar deudas de apoyo y económicas a los grupos de presión israelíes; su pérdida de poder ante la victoria de Rusia en Siria, cumplir su promesa electoral de trasladar la embajada de Tel Aviv.

Yo pienso que simplemente extrañaba el reflector y retomó un tema que causaría gran revuelo a nivel internacional, en el fondo su espíritu es de un artista, más que de un político.

De todo este problema los mexicanos salimos ganando, pues los palestinos respondieron a Donald Trump que ellos reconocen el estado de Texas como un estado más del territorio mexicano el cuál se anexaron de manera violenta.

Mahmoud Abbas dijo que el territorio de Texas es muy importante para los mexicanos, que la mayoría de la gente que lo habita habla español, y que pronto pondrán un Consulado en Houston para reconocer formalmente este territorio como parte de México.

¿Qué dice México? De lo perdido, lo recuperado.