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La evolución del Ejército

El servicio que presta el Ejército a México y a los mexicanos empieza antes de su formalización y tiene que ver con el reclutamiento, que se ha convertido en la triple oportunidad señalada inicialmente de brindar a las nuevas generaciones un ancho panorama para desarrollar sus facultades vocacionales, ocupacionales o profesionales.

La insostenibilidad del modelo neoliberal que puso al ser humano al servicio del gran capital, ha dado como resultado el resurgimiento de paradigmas que proponen un retorno a las ideas antropocéntricas, esto es, aquellas que sitúan al hombre al centro de todos los afanes. Entre éstas, se encuentra la que ha propuesto la Cuarta Transformación, de convertir al Ejército en una institución de servicio, disciplina y organización que sea, asimismo, oportunidad vocacional, ocupacional o profesional para los jóvenes.

México no es el único país que está transformando sus fuerzas armadas para convertirlas en fuerzas de tarea para auxilio de la población civil o para llevar a cabo obras en las que se requiere alta eficacia y resultados positivos. La composición social de las Fuerzas Armadas debe reproducir en su esquema transversal la estructura de la comunidad política y sus aspiraciones que se definen con una meridiana claridad en los conceptos de justicia, libertad y seguridad. La propia ley ha avanzado en ese sentido.

La evolución del Ejército

La Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos señala en su Artículo 1: "El Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, son instituciones armadas permanentes que tienen las misiones generales siguientes: Defender la integridad, la independencia y la soberanía de la nación; Garantizar la seguridad interior; Auxiliar a la población civil en casos de necesidades públicas; Realizar acciones cívicas y obras sociales que tiendan al progreso del país; y En caso de desastre prestar ayuda para el mantenimiento del orden, auxilio de las personas y sus bienes y la reconstrucción de las zonas afectadas". Claro y preciso.

La Revolución Mexicana, a través de la Constitución de 1917, puso en evidencia la naturaleza propia de las fuerzas armadas; por ello, durante la administración del Presidente Lázaro Cárdenas del Río, el 1 de noviembre de 1937, se publicó en el Diario Oficial de la Federación, el Decreto por el que se cambia la denominación de la Secretaría de Guerra y Marina por la de la Defensa Nacional, integrada por el Ejército y Fuerza Aérea mexicanos, comprometida con la defensa de la integridad, independencia y la soberanía de la nación, además de garantizar la seguridad interior, y auxiliar a la población mexicana.

Las estrategias del capitalismo salvaje para preservar su naturaleza, promover su desarrollo y ampliar sus zonas de influencia, necesariamente requieren del auxilio de la fuerza coactiva, lo mismo que por medio de presiones políticas y económicas, que mediante el uso de la fuerza y la incorporación de nuevos instrumentos de muerte y destrucción, lo que hace obligado que el Ejército mantenga a buen recaudo su capacidad defensiva y ofensiva; pero, siempre bajo la dirección y supervisión del Estado.

El servicio que presta el Ejército a México y a los mexicanos empieza antes de su formalización y tiene que ver con el reclutamiento, que se ha convertido en la triple oportunidad señalada inicialmente de brindar a las nuevas generaciones un ancho panorama para desarrollar sus facultades vocacionales, ocupacionales o profesionales. Cuando se ponen de relieve los conocimientos técnicos-profesionales que deben aprender en la formación básica, en capacitación y en el cumplimiento de tareas en unidades militares. En la dimensión vocacional se manifiestan los compromisos morales establecidos con los superiores, compañeros y subalternos, así como en las evaluaciones relativas al difícil balance personal, que incluyen las exigencias derivadas de sus propios proyectos de vida, de su esposa/pareja e hijos. 

En etapas de transición, como la que se está viviendo, se torna imperativo tener una visión abierta a los acontecimientos de la actualidad, como sería el caso de asumir al Ejército como un nuevo agente social cuyos servicios, disciplina y lealtad son indispensables para el cambio. En el seno de la actual sociedad resulta conveniente la revisión estratégica que aporte un cambio de conceptos e intención reformadora para atender las dificultades de la realidad social. Que se materialice la integración de la profesión militar en la sociedad contemporánea, poniendo en práctica la moderni­zación de las Fuerzas Armadas. 

En ese sentido, expresó el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, que: "Algunos se preguntan: ¿por qué está participando tanto el Ejército en las obras públicas? Y es importante tener en cuenta que el Ejército tiene también esa función, la de ayudar en el desarrollo del País, apoyar para el progreso de México, está en la Ley Orgánica del Ejército que tiene también esa función, la de ayudar en el desarrollo del País, apoyar en el progreso de México”. Agregó: "Nos sacó del hoyo el Ejército".