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Justo y necesario

Los arranques de lirismo de quienes aseguran que los aumentos al salario mínimo serán un detonante de la inflación

Los emisarios del pasado se desgarran las vestiduras dizque porque los nuevos salarios mínimos que habrán de regir en el país a partir del primer día del año próximo, traerán presiones inflacionarias que no podrán resistir las empresas y que, como consecuencia, se elevará el índice de desempleo.

Tales argumentos fueron esgrimidos durante más de 30 años, en los que la inflación fue creciente y siempre a costa del hambre de los asalariados, en tanto que los inversionistas vieron multiplicados sus caudales.

Justo y necesario

Como primera providencia, hay que señalar que, aunque para efectos prácticos el aumento fue del 20 por ciento al interior del país y del 5 en la zona fronteriza; en realidad, la Comisión Nacional de los Salarios mínimos determinó que hubiera un aumento directo por concepto de Monto Independiente de Recuperación de 14.67 pesos, a los que debe sumarse el 5 por ciento de alza salarial por los efectos inflacionarios que erosionaron el poder adquisitivo de quienes generan la riqueza con sus manos.

Explicado con peras y manzanas, el aumentos salarial general fue del 5 por ciento en todo el territorio nacional, a los que se agregan los 14.67 pesos por el MIR en el interior, para quedar en 123.22 pesos diarios en la mayor parte del país y de 185.56 pesos en la frontera, quedando una brecha que zanjar aún, que quizá habrá de corregirse al paso de los meses, una vez que se logre consolidar el despegue de la economía en base al Plan Nacional de Desarrollo y al Plan Nacional de Inversión en Infraestructura.

Bueno es aclarar que el Consejo de Representantes de la Conasami determinó que la utilización del Monto Independiente de Recuperación es un mecanismo de recuperación que se representa con una cantidad absoluta en pesos. Su objetivo es única y exclusivamente contribuir a la recuperación del poder adquisitivo del salario mínimo general. No debe ser utilizado como referente para fijar incrementos de los demás salarios vigentes en el mercado laboral contemplado en la Ley del Trabajo.

Visto lo cual, los arranques de lirismo de quienes aseguran que los aumentos al salario mínimo serán un detonante de la inflación y que se afectará a la plantilla laboral por cuanto los patrones ya no podrán pagar tan elevados emolumentos y se presentarán despidos masivos, no pasan de ser simples mentiras repetidas reiteradas veces en los últimos cuatro decenios. Igual se dijo el año pasado y las pruebas han venido a demostrar lo contrario. Durante el año que agoniza, la inflación disminuyó.

Este año el aumento fue del 16 por ciento en general y del doble en la frontera y con ello se auguró el gran desastre nacional. El Banco de México dijo que la inflación entraría en un periodo incontrolable. La realidad es que la inflación del año pasado fue de 4.8 por ciento y ahora cierra el periodo en el 3 por ciento que tanto persiguió Carstens. Igual habrá de ocurrir el año próximo en que se esperan grandes logros para México bajo la conducción del gobierno de la Cuarta Transformación, que ha dejado a todos los agoreros con un palmo en la nariz por el interés de dentro y de fuera por invertir en el país.

Una voz autorizada, Luisa María Alcalde, secretaria del Trabajo y Previsión Social, ha expresado que: “tras el aumento de 16 por ciento al salario mínimo que se implementó este año, la inflación no solo no se disparó, sino que ha sido de las más bajas en los últimos cuatro años. Además, la mayor prueba de que el alza al salario no tuvo efectos inflacionarios fue la Zona Libre, donde este tuvo un incremento doble para este año y se observaron menores tasas de inflación que en el resto del país”.

Ciertamente que creció el desempleo en este 2019; pero, era de esperarse por las resistencias de los sectores más reacios que no han aceptado someterse a las reglas claras que tornen el acontecer nacional al estado de derecho, en que todos deban cumplir con la ley. Eso también será superado en el porvenir ya tan próximo, pues quien siga en sus trece, se quedará como el chinito, ‘nomás milando’, porque el resto habrá de aprovechar la oportunidad de hacer crecer sus empresas bajos el esquema de una economía sana y una dinámica de producción y comercialización basada en la innovación y el talento.

Habrá muchas oportunidades de empleo con el bonche de inversiones que está esperando el año nuevo y, en sentido inverso a como venía ocurriendo hasta el año pasado, el que quiera azul celeste, que le cueste. La tendencia es que la reconversión industrial y comercial habrán de requerir mano de obra calificada y hasta especializada y para obtenerla habrá que pagar buenos salarios. La competencia ya no será mediante el hambre nuestra de cada día, sino con trabajo decente y salarios dignos y morales.

Para apuntalar este panorama, el Índice de Bonos de Mercados Emergentes de JP Morgan, indicador que muestra la capacidad de un país emergente para cumplir con los pagos de su deuda soberana en comparación con la deuda soberana de Estados Unidos, que se considera de riesgo cero, detalló que hasta el momento el riesgo país México acumula una disminución de 56 puntos base en lo que va de 2019. Cuando se obra bien, lo demás viene por añadidura.