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Esta columna trae truco

La mala gestión de la crisis, encima de una mala planeación, encima de la negligencia, es totalmente inaceptable para un gran país como el nuestro. El presidente ni siquiera usa cubrebocas

El presidente una vez más está ignorando los datos. Su fracaso para combatir el coronavirus con la misma energía que usa para trolear a sus adversarios nos ha costado vidas. Sus declaraciones no sólo son absurdas. Son trágicas.

La gente ha sacrificado mucho para combatir este virus. Hemos perdido vidas, hemos perdido empresas, hemos perdido salarios y ahora, gracias al dañino manejo del presidente, estamos por perder algún avance que hemos logrado.

Esta columna trae truco

La mala gestión de la crisis, encima de una mala planeación, encima de la negligencia, es totalmente inaceptable para un gran país como el nuestro. El presidente ni siquiera usa cubrebocas.

La respuesta de salud pública de su administración sigue siendo lamentable. El número promedio de casos sigue subiendo en 21 estados y seguimos sin tener lo que se necesita en pruebas rápidas, capacidad de rastreo de contactos, en número de médicos, en equipo para protegerlos y una guía clara para todo el país. A estas alturas, ni siquiera tenemos un sistema que permita recolectar la información de casos de Covid-19, y esto es lo más básico.

Su deseo de declarar la victoria contra la pandemia y dar por terminado el problema solo impide cualquier avance. Nuestra economía sigue tropezándose, con millones de desempleados y ninguna ruta clara del gobierno federal sobre qué empresas necesitan reabrir de manera segura y efectiva para alcanzar una recuperación económica sólida.

Lo que sí hay del gobierno es mucha autofelicitación. El presidente no acepta ninguna responsabilidad, no ejerce ningún liderazgo. Y ahora, sencillamente se está rindiendo, en vez de liderar el ataque para derrotar al virus. Básicamente sacó la bandera blanca y emprendió la retirada, con tal de regresar a sus mítines de campaña, aunque ponga a la gente en peligro.

Así como no pudo deshacerse del virus en marzo como dijo, así como no pudo deshacerse del virus en abril como dijo, tampoco lo puede ignorar en pleno junio. Piensa que si esconde la cabeza en la tierra, el pueblo hará lo mismo.

Señor presidente, no abandone a la gente para que enfrente por sí sola esta amenaza, sin ninguna guía, recursos o liderazgo del gobierno federal. No deje expuestos a los que están en la primera línea de fuego sin los recursos que necesitan. Las empresas necesitan el apoyo del gobierno federal para enfrentar la reapertura, los trabajadores necesitan saber que es seguro regresar a sus centros de trabajo.

Necesitamos un presidente que ponga primero a los ciudadanos, no a su propio ego. Ya despierte y póngase a trabajar.