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El primer informe de un nuevo régimen

Ayer, el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó su primer informe de gobierno, para rendir cuentas sobre los logros alcanzados en estos primeros nueve meses de gobierno, y los retos que se han enfrentado. Se trata de un periodo muy corto como para cantar victoria, especialmente cuando existen muchas fuerzas que buscan resistir los cambios que se están impulsando, pero no cabe duda de que los avances de la Cuarta Transformación se están empezando a sentir en el país.

Aunque los objetivos alcanzados son muchos, vale la pena enfocarse en cómo se han atendido las principales demandas de la sociedad mexicana: acabar con los privilegios de la clase gobernante, poner fin a la corrupción y a la impunidad, aumentar el ingreso de las trabajadoras y los trabajadores, y recuperar la paz y la tranquilidad en nuestro país.

El primer informe de un nuevo régimen

La instalación de medidas de austeridad en la administración pública, uno de los principales mandatos de la ciudadanía, no se hizo esperar. El Poder Legislativo fue el primero en aplicarlas de manera inmediata: las senadoras y los senadores dejamos de recibir privilegios que anteriormente se otorgaban; se cancelaron los seguros de gastos médicos mayores y de separación individualizada; se redujeron los salarios; se canceló el servicio de chofer y vehículo, y se establecieron otras medidas que tan solo en el primer año nos permitieron ahorrar más de 2,600 millones de pesos. Estas medidas también fueron aplicadas en el Poder Ejecutivo.

El combate a la corrupción está siendo efectivo. Los actos de corrupción son ahora considerados como delitos graves, permitiendo sancionar a quienes incurran en ellos. Durante esta administración, se han iniciado también investigaciones sobre actos de corrupción cometidos en el pasado, que permitirán llevar ante la justicia a las personas responsables de desfalcos de miles de millones de pesos al erario público. La lucha contra la corrupción es tal vez el objetivo que mayores retos presenta, pero se está avanzando porque nos queda claro que se trata de uno de los pilares fundamentales para transformar el país.

En materia de ingresos, una de las victorias más inmediatas fue el aumento del salario mínimo de las trabajadoras y los trabajadores de México, que durante décadas estuvo estancado. A partir del 1 de enero de este año, por iniciativa del presidente de la República, el salario mínimo en todo el país aumentó en 16 por ciento: el mayor incremento en 25 años. Éste es un paso importante para permitir que las familias cuenten con percepciones más elevadas, pero aún tenemos que asegurarnos de que esta medida sea aplicada por todas las empresas en México y, sin duda alguna, se debe encontrar la manera de incrementar aún más el salario mínimo y, al mismo tiempo, el salario promedio de las y los trabajadores.

En materia de combate a la inseguridad se han logrado importantes avances. Desde 2008, los homicidios han ido en aumento en nuestro país y, paralelamente, nuestras corporaciones policiacas fueron perdiendo la confianza de la ciudadanía hasta caer en niveles inaceptables. Esto propició la creación de la Guardia Nacional, una nueva corporación integrada por las policías Militar, Naval y Federal. Los estándares de alta calidad en los procesos de creación y selección de personal de esta nueva agrupación, la aprobación de las leyes secundarias y el acompañamiento de una estrategia integral son las primeras acciones que esta administración ha implementado para recuperar la paz en el territorio nacional.

Del lado opuesto de la moneda están los retos y dificultades que enfrentamos como país. Es cierto, el crecimiento económico durante el inicio de la administración no ha sido el que todos quisiéramos; se siguen cometiendo actos violentos que nos impiden vivir en paz; no hemos podido arrancar de tajo la corrupción, y millones de personas aún viven con carencias. Nadie cuestiona estos hechos, pero es innegable que la tendencia que México experimentaba, así como el ambiente económico internacional, no son favorables. Esto no es una excusa, al contrario; revertir la inercia de descomposición que heredamos nos ha hecho redoblar esfuerzos para lograr los cambios que el país requiere.

El del domingo fue el primer informe de un nuevo régimen. Muchas personas, en el pasado, se beneficiaron con los privilegios, la corrupción y los bajos salarios, y esperaban que el mercado resolviera la vida de quienes se encuentran en pobreza. Son estas personas las que intentan destruir lo que hoy, día con día, estamos construyendo quienes participamos en la transformación del país, sin darse cuenta de que precisamente México es el que puede salir perdiendo con su postura. Por ello, este primer ejercicio de rendición de cuentas es un buen momento para que quienes queremos el cambio reflexionemos sobre lo que tenemos que afinar, y para que quienes se oponen a él se den la oportunidad de aportar al país que todos merecemos.