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El negocio de la prohibición

Prohibir ha venido a resultar un lucrativo negocio en todos los tiempos y todos los lugares. Los textos bíblicos hablan de la prohibición que impedía a los primeros padres, Adán y Eva, comer los frutos del árbol del bien y del mal, so pena de sufrir el castigo de ser expulsados del Edén. Ya en lugares menos idílicos, la prohibición de estacionar el vehículo en algún lugar lleva el propósito de conseguir clientes a los dueños de los parqueaderos particulares; la prohibición de ciertas ventas, es para elevar precios.

Pero, lo que ha venido a resultar una verdadera desgracia para la gente es la prohibición del consumo de sustancias enervantes, lo mismo las que sirven para calmar los ánimos que las que se utilizan para lograr el efecto contrario de euforia, fuerza y resistencia. Este veto tiene fines políticos y económicos, según se trate del lugar y el modo. Se ha convertido en un poderoso ariete por medio del cual aquellos que detenta el poder pueden someter a otros que no pueden ejercer su derecho a la libre determinación.

El negocio de la prohibición

Hace más de cinco décadas que el presidente de los Estados Unidos, Richard Nixon declaró la primera guerra conocida contra las drogas. Desde entonces, cada 23 segundos, la vida de una persona se arruina simplemente por poseer drogas. La posesión de drogas sigue siendo el delito más perseguido en los Estados Unidos a pesar del hecho bien conocido de que la criminalización de las drogas no ayuda a las comunidades, las arruina. Desgarra familias; causa un trauma que se puede sentir durante generaciones.

Al respecto Ethan Nadelmann, director de Drug Policy Alliance, ha señalado que: "Parece haber una convicción de que la guerra contra las drogas fracasó. América Latina está viendo las consecuencias negativas de la prohibición: crimen organizado, poder de los narcotraficantes y degradación de la sociedad. En Estados Unidos hay una sensación de que las cárceles están demasiado llenas por cuenta de cualquier infracción relacionada con las drogas, y el fenómeno se está replicando en el mundo. En Asia, por temor al sida, le están apostando a políticas que reduzcan el daño y prevengan la propagación de enfermedades relacionadas con el uso de drogas". Ante ello, se crean distractores de otra naturaleza.

El propio declarante señala que: "Primero que todo creo que es importante cambiar el lenguaje. Por eso la Comisión no habló de legalización, que supone que algo será condonado, sino de regulación. Mucha gente cree que la prohibición es la máxima forma de regulación, cuando en realidad lo que significa es abdicación. Nuestro argumento no es para liberarlo del todo, o eliminar las regulaciones, sino para que haya regulación efectiva, que puede hacerse de muchas maneras. Si bien hay mucha gente que no está de acuerdo en vender el crack como se vende el alcohol, acepta que Evo Morales busque vender la coca en diferentes productos, como por ejemplo té, y que la droga se obtenga en forma legal. Esos cambios harán que evolucione el paradigma del control global de las drogas". México ya está avanzando en ello.

Entre otros temas harto interesantes, Nadelmann explicó que, de hecho, no ha habido ni habrá una sociedad libre de drogas. El reto para las familias, las comunidades y los gobiernos no es ver cómo las elimina sino cómo aprende a utilizarlas para que causen el menor daño posible y, en algunos casos, hagan el mayor bien posible. "Debemos seguir tres principios: libertad, compasión y responsabilidad".

Quienes usan drogas y no le hacen mal a nadie no deben ser parte de las preocupaciones de los gobiernos; que para los que tienen problema con las drogas, la respuesta está en darles asistencia y tratamiento. Solamente aquellos que hacen mal a otros y los ponen en riesgo, deben ser penalizados.

Avanzando un buen trecho en el tratamiento de este problema, a finales del mes pasado la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por mayoría, aprobó la Declaratoria General de Inconstitucionalidad de cinco artículos de la Ley General de Salud que impedía a la Secretaría de Salud entregar permisos para consumo lúdico y recreativo de la mariguana. "Procede declarar la invalidez, con efectos generales, de la normativa prevista en la Ley General de Salud que prohíbe absolutamente a la Secretaría de Salud emitir autorizaciones para realizar las actividades relacionadas con el autoconsumo de cannabis y tetrahidrocannabidol con fines recreativos, por considerarlos violatorios del derecho fundamental al libre desarrollo de la personalidad".

Ahora, falta avanzar en otras parcelas importantes en las que la prohibición tiene como finalidad única y exclusiva, sacar raja política o económica. En un mundo que, como los hornos de panadería, no está para bollos, habría que enarbolar el pensamiento avanzado de ´prohibido prohibir´.