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Carreteras tercermundistas

Tiene razón el presidente López Obrador cuando acusa que la corrupción ha sido uno de los peores flagelos que ha padecido nuestro querido México

Una de las principales formas de percibir que te encuentras en un país primermundista es la calidad de sus servicios públicos.

Quizás uno de los servicios públicos más destacados del desarrollo, el “más civilizador” nos diría Fernando Savater, es la educación. Un pueblo educado es sinónimo de desarrollo, por eso los países desarrollados han puesto el acento en el ser humano, que, si bien nace humano, también tiene que llegar a serlo. Por eso nos sigue diciendo Savater que, de los empeños humanos, “la educación es el más humano y humanizador de todos”.

Carreteras tercermundistas

Pero hay otros servicios públicos que brotan a la vista inmediatamente cuando te encuentras de turista en el primer mundo. Por ejemplo, las carreteras, el transporte público, el agua potable, los servicios de salud, etc.

Me recuerdo el año pasado que visité a mi hija Fernanda, quien estudiaba en Asturias, España. Le pregunté: “¿Qué has aprendido, hija?” “Que aquí todo funciona bien ¿por qué?” —contestó. Mejor pregúntate “¿por qué allá las cosas no funcionan?”, le repliqué.

Tiene razón el presidente López Obrador cuando acusa que la corrupción ha sido uno de los peores flagelos que ha padecido nuestro querido México. Pero también “la calidad es la primera exigencia ética… trabajar poco, trabajar mal… es el primer ataque a la ética”, nos dice el periodista español Carlos Soria.

Hace unas semanas viajé en automóvil a Monterrey por motivos familiares, lo hice transitando la carretera “nueva” de cuota Mazatlán-Durango. Sí, esa que nos presumía Felipe Calderón cuando era presidente y que gustaba visitar la obra del “puente Baluarte” o bicentenario, ese que del 2012 a 2016 fue el puente atirantado más alto del mundo. El puente fue inaugurado oficialmente el 5 de enero de 2012, pero se llevó como un año y medio más (17 de octubre de 2013) abrir al público. Es decir, esta autopista tiene escasos 7 años de vida de servicio.

Viendo lo bueno de esta obra, la ingeniería es extraordinaria; el trazo acortó el recorrido, ya que antes de existir esta ruta el trayecto Mazatlán-Durango se realizaba en 5 horas y media. Hoy se hace en 2 horas y media, uniendo con el Pacífico a ciudades como Durango, Gómez Palacio, Torreón, Saltillo, Monterrey entre otras.

Cuenta con 115 puentes, destacando el Baluarte; tiene 60 túneles, sobresale el túnel “El sinaloense” con 2.8 km de longitud, el segundo más largo de México.

La parte triste es que cuenta con tramos literalmente hechos pedazos, especialmente antes de llegar a la caseta de Coscomate en el trayecto Durango–Mazatlán. En esta caseta se cobran 306 pesos y la carretera previa a la caseta se encuentra en muy mal estado de conservación, totalmente destruida; y en algunos tramos especialmente en los accesos a túneles, hay baches que dan miedo. En fin, es una autopista que siendo tan nueva duele que se encuentre en tan mal estado.

Siempre he dicho que cuesta lo mismo hacer las cosas bien que mal, a veces incluso hasta más barato. Creo que este es un caso. Si bien este problema es una herencia más del PRIAN a la 4T, espero que este gobierno sirva para algo y la arregle.

Finalmente, en el tramo Culiacán-Mazatlán las 2 casetas están tomadas por manifestantes que no saben qué quieren. Un joven impetuoso me dijo: deme 50 pesos para que no pague la caseta ($131 pesos); me seguí de frente para pagar la caseta y me gritó: ¿va a pagar? 

En estas tomas hay algo muy turbio que evidencia a la 4T y al país. Espero corrijan por el bien de las carreteras y de los ciudadanos.