Al toro, por los cuernos

El gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, tocó ayer uno de los temas más álgidos en la relación fronteriza de México con los Estados Unidos, que no es nuevo; pero que, por alguna razón, se había soslayado: el paso de armas y parque de allá para acá, y las lamentables consecuencias que tienen sumida a la entidad es un ambiente de crispación por las luchas entre los grupos de la delincuencia organizada.

El asunto tiene muchas aristas y ya existen estadísticas que señalan que el 2017 será el año más violento en las tierras del Anáhuac, lo que ha obligado al gobierno del Estado a solicitar una mayor presencia de las fuerzas federales, afortunadamente con resultados positivos, según han anunciado los mandos de las corporaciones que buscan restablecer la paz y el estado de derecho. Pero, eso parece no ser suficiente.

A las acciones que llevan a cabo las autoridades de México, debe unirse el apoyo de las corporaciones del vecino país que tienen que ver con la comercialización y trafico de armas. Poderosas organizaciones que apoyan a la Segunda Enmienda constitucional que permite la posesión y portación de un arma, se han opuesto a la regulación de este comercio en territorio americano; pero, eso no implica la exportaciones de arsenales.

El último informe del Center for American Progress, correspondiente al mes de agosto de este año, señala que: “Las armas de fuego en Estados Unidos son robadas en números altos, y estas armas frecuentemente van a parar a las redes de tráfico ilegal, donde son vendidas o intercambiadas y, en última instancia, facilitan los delitos violentos”. El meollo de este asunto es que el reporte de robo de un arma no se sigue y simplemente queda como un dato estadístico en los archivos de las corporaciones que tienen injerencia en este tipo de eventos, tanto por el robo en sí, como por tratarse de armas.

 Según las declaraciones textuales de Chelsea Parsons, Vice Presidenta del equipo de Armas y Crimen en CAP: “Los propietarios de armas de fuego y armerías tienen una responsabilidad sustancial de asegurar sus armas de fuego y los diseñadores de políticas necesitan tomar en serio esta epidemia de armas robadas e implementar políticas que ayuden a prevenir robos en un futuro”. Luego manifestó un dato que debe prender los focos de alarma: “Un arma de fuego es robada cada dos minutos”.

Es posible que un elevado número de esas armas robadas se quede en los Estados Unidos, donde se está liberalizando más su adquisición, posesión y portación, inclusive en las escuelas; sin embargo, las evidencias señalan que otro número, que es también muy elevado, va a parar a las agrupaciones del crimen organizado en México.

De ahí que resulta muy pertinente la iniciativa del gobernador García Cabeza de Vaca para que, mediante los canales diplomáticos, se solicite a las autoridades del vecino país poner mayor énfasis en la tarea de frenar el contrabando de los arsenales que están cobrando un elevado número de vidas en el país, sin que el ciudadano de a pie encuentre protección para su vida y su patrimonio. Y, fue más allá al manifestar que también los clúster de la industria maquiladora, que se ven afectados hagan lo mismo.

Expresó que: ““No están aquí porque nos quieran mucho; están aquí porque les conviene. Así como han expresado su situación de algunos problemitas que se han dado con algunos robos de vehículos, también yo les recordé que esos robos de vehículos se hicieron no con huleras, ¿eh? se los quitaron con armas, pero armas que vienen de aquel lado y ellos también tienen la obligación de exigirles a sus autoridades de Estados Unidos que no permitan que esas armas lleguen aquí, a Reynosa”.

En todos los sentidos, este enfoque dado por el gobernador de Tamaulipas a un grave problema que afecta a la frontera y a todo el estado, es positivo y es de esperarse que se lleve a los foros más relevantes, a fin de que adquiera las dimensiones necesarias para ser atendido y cortar el flujo que tiñe de rojo la geografía tamaulipeca.