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Ahora es el momento

Hacer lo que se dice y vivir como se piensa es el compromiso fundamental de todo ser humano con la sociedad que le da sustento. No es dable al hombre escoger la cuna en la que habrá de nacer; pero, sí, seguir el rumbo que marcará su paso por el planeta con sus acciones. La filosofía trazó la ruta a través de la lógica, la ética y la estética, que en la cultura son los territorios de la ciencia, la moral y el arte. De ahí, todo para adelante.

Para adelante, como dijo ayer el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, António Guterrez: “El Día Internacional de la Mujer es un buen momento para reflexionar acerca de los avances logrados, pedir más cambios y celebrar la valentía y la determinación de mujeres de a pie que ha jugado un papel clave en la historia de sus países y comunidades”. 

Ahora es el momento

Agregó que: “Bajo el lema «Ahora es el momento: las activistas rurales y urbanas transforman la vida de las mujeres», la celebración de 2018 se suma a un movimiento mundial sin precedentes por los derechos, la igualdad y la justicia de las mujeres. El acoso sexual, la violencia y la discriminación contra las mujeres han acaparado los titulares y el discurso público, con una creciente determinación a favor del cambio”.

Celebrar este día el Día Internacional de la Mujer va más allá de manifestaciones y de alharacas. La ONU propone en La igualdad de género en la Agenda 2030, que: “Para 2030, velar por que todas las niñas y todos los niños terminen los ciclos de la enseñanza primaria y secundaria, que ha de ser gratuita, equitativa y de calidad y producir resultados escolares pertinentes y eficaces. Para 2030, velar por que todas las niñas y todos los niños tengan acceso a servicios de atención y desarrollo en la primera infancia y a una enseñanza preescolar de calidad, a fin de que estén preparados para la enseñanza primaria. Poner fin a todas las formas de discriminación contra todas las mujeres y las niñas en todo el mundo. Eliminar todas las formas de violencia contra todas las mujeres y las niñas en los ámbitos público y privado, incluidas la trata y la explotación sexual y otros tipos de explotación. Eliminar todas las prácticas nocivas, como el matrimonio infantil, precoz y forzado y la mutilación genital femenina”. Compromisos que deben entenderse y atenderse.

Entenderse y atenderse no con discursos; sino, con hechos reales y contundentes, tanto de hombres como de mujeres, cada quien en el ámbito de sus propias competencias. Como la convocatoria que hace el Centro de Investigación y Estudios de Género: “A nuestros compañeros y compañeras del CIEG y de la UNAM, a las y los trabajadores, a las y los estudiantes, les invitamos a que se unan al Paro y acudan a la marcha convocada para el 8 de marzo”.

Porque, según los organizadores, la academia no debe estar desvinculada de la sociedad. El conocimiento debe servir para generar una conciencia crítica que contribuya a la eliminación de las relaciones de dominación, explotación, opresión y violencia. 

En el entendido de que, “Conocemos la difícil situación laboral del país, la cual impide a muchas y muchos parar sin consecuencias perjudiciales en sus vidas. A quienes se encuentran en esta situación, les invitamos a expresar su protesta de manera creativa, práctica y sencilla. Además, el Paro busca extenderse a quienes realizan labores que no son reconocidas como trabajo de manera formal, es decir, a quienes se ocupan del trabajo de cuidado y del trabajo en el hogar. La sociedad en su conjunto debe reconocer que sin la fuerza de trabajo de las mujeres el mundo pararía”.

El paro de mujeres viene desde la Grecia antigua, cuando Lisístrata convoca a las mujeres a negarse a sus maridos para poner fin a la Guerra del Peloponeso.

Éxito en el paro y la marcha, y ¡feliz Día Internacional de la Mujer!