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La navidad

Hoy es un día muy especial, pues celebramos la Nochebuena, mañana será Navidad, momentos en los cuales nos llenamos de recuerdos, extrañamos a los que ya no están con nosotros y sentimos que amamos aún más, es por eso que hoy te invito a hacer un viaje al pasado recordando la Navidad, como la vivíamos y gozábamos cuando éramos niños.

Recuerdo con nostalgia y a la vez alegría que mi madre, cada Navidad sacaba el mismo arbolito navideño el cual guardaba celosamente en una bolsa negra de plástico, era un árbol pequeño y chueco de tanto uso, lo colocaba en una mesa allá en la esquina de la sala; me daba un gusto enorme ver ese árbol, ella, lo empezaba a adornar con musgos y esferas de vidrio, algunas un poco maltratadas o quebradas a lado colocaba un bonito nacimiento que le trajo mi padre de un viaje que hizo a Toluca, ahora que recuerdo, jamás lució con focos de colores, sólo algunas decoraciones hechas con un papel brilloso, pero se miraba hermoso mi árbol, me gustaba admirarlo horas y horas. 

La navidad

Era la época de los 60´s, ya saben cómo éramos los niños en aquel tiempo, muy inocentes, así que esperábamos para esta fecha tan importante la llegada de Santa Claus, nos traía bonitos juguetes como canicas, bolsa llena de soldados de plástico, un triciclo, un tren de baterías, bueno, por lo general ya no nos sorprendía recibir siempre lo mismo de cada año, carritos de plástico de policías, bomberos, autobuses y camiones repartidores de refrescos que venía incluso en unas diminutas cajas de sodas o las clásicas pistolas de plástico con las que aventábamos un chorro de agua, ¡Cómo nos divertíamos mojando gente!, pero que decepción era cuando ese gordo de rojo con barba blanca nos traía ropa, de igual manera agradecíamos, pero nos agradaba más recibir juguetes.  

Mientras gozábamos abriendo nuestros regalos, la casa olía a tamales, buñuelos, champurrado, café de la olla y canela; mi abuela y mi madre ya estaban preparando todo para la gran cena, en donde convivíamos todos en paz y armonía, conforme fue pasando el tiempo miraba con tristeza que la familia iba disminuyendo, sobraban lugares en la mesa. 

Ya en Navidad, nos juntábamos los vecinos de la cuadra, para celebrar el nacimiento del niño Jesús, el verdadero significado de estas fechas, hacíamos posada, convivíamos de casa en casa entonando el tradicional villancico para pedir mesón, llevábamos en mano velas, luces de bengala, y mucha alegría, además de ir tronando los “cuetes” de carrizo, palomas hechas de papel periódico que se escuchaban hasta la otra cuadra, eran momentos divertidos, e inolvidables, comíamos a más no poder, porque todos los vecinos cocinaban y llevaban algo a la celebración. Después de todo esto, seguía la hora de romper la piñata de barro, este momento lo esperábamos con ansias, sabíamos que al romperla saldrían volando dulces y cacahuates que corríamos a levantar arrebatadamente del suelo. Al final de la posada a nosotros los niños y a uno que otro adulto colado, nos repartían una bolsa de papel con dulces, que no era más que cacahuetes, galletas de animales, colaciones, un chicle totito y una naranja para que no se viera tan vacía la bolsa. ¡Qué tiempos!

Es por eso y más que hoy quise recordar la navidad de cuando éramos niños, sé que muchos de ustedes se identificaron conmigo. Sólo me resta desearles una bonita Nochebuena, y una Feliz Navidad.  

Dale el verdadero sentido a estas fiestas y no dejes que mueran los buenos sentimientos y tradiciones.

¡Muchas gracias por hacer juntos

un Viaje al Pasado, hasta la próxima!

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