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El PRI de Tamaulipas y sus grandes pasivos

A partir de la publicación de la convocatoria para la sustitución de la dirigencia estatal del PRI en Tamaulipas, algunos militantes están buscando afanosamente hacerse del control de la disminuida estructura burocrática del partido.  

El exalcalde de Reynosa Óscar Luebbert Gutiérrez y el delegado de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano en Tamaulipas, Sergio Guajardo Maldonado, entre otros, intentan aprovechar la coyuntura generada por la desaparición de los grupos que desde el gobierno y con el poder del presupuesto dominaban la dinámica partidista. 

El PRI de Tamaulipasy sus grandes pasivos

Buscan apoderarse de lo que queda de su partido, empobrecido en recursos económicos, materiales y humanos desde que las arcas públicas del estado se cerraron para ellos.

A estas alturas, a unos meses del inicio del proceso electoral, resulta hasta cierto punto irrelevante, salvo para los priistas, quien quede al frente de la dirigencia estatal. El reto mayor, de una exigencia enorme y de alto riesgo, estará en  las elecciones del año entrante

La organización, el control y el financiamiento de las actividades futuras del partido serán las complicaciones  menores para aquel que logre convertirse en presidente del Comité Directivo Estatal del tricolor.

El verdadero problema para ellos es la profundización del rechazo social que está sumiendo al PRI en una crisis que  les reventó peligrosamente en la elección del Estado de México. A pesar de que todo el aparato del sistema se volcó en favor de Alfredo del Mazo muy apenas pudieron ganar la gubernatura.  

Con esa abierta operación del estado, con muchas dificultades, con una diferencia mínima, apenas pudieron remontar el descontento social que se materializó a favor de la candidata de Morena.  

En Tamaulipas algunos grupos vinculados al PRI han iniciado una campaña contra el gobierno estatal criticando los escasos resultados que hay en materia de seguridad pública. Mal intencionadamente minimizan la complejidad de este fenómeno, que realmente no tiene solución a corto plazo. 

Se les olvida que la situación llegó al punto en el que está, afectando gravemente a la sociedad tamaulipeca, debido a las  omisiones, por decir lo menos, de los últimos cuatro exgobernadores. 

Independientemente que las condiciones de violencia no han variado en algunas regiones del estado y que la sociedad legítimamente reclama mejores resultados, los señalamientos priistas no dejan de tener un interés político. De entrada eso los desacredita frente a una parte de la sociedad.

En medio del creciente ambiente de rechazo y descalificación contra el sistema, aunado a las carencias que padece por la falta de recursos públicos que fluían para su sostenimiento y las escisiones que provocará la renovación de su dirigencia en el estado, el priismo tamaulipeco llegará al proceso electoral con muchos pasivos. 

Por ejemplo, si en las campañas políticas mantienen su estrategia contra la autoridad estatal con el tema de la inseguridad, corren el riesgo que les resulte contraproducente.

Seguramente les echarán en cara muchas cosas.

No hay que perder de vista que el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca reiteradamente ha señalado que las estructuras de seguridad pública del estado se debilitaron por la complicidad de los exgobernadores priistas con la delincuencia organizada. 

• Seth Rojas Molina es productor de radio, periodista, abogado. Excorresponsal de Notimex, excorresponsal de El Financiero, excomentarista de Info7 Tamaulipas, excoordinador de Documentación y Análisis del Centro de Estudios Fronterizos y de Promoción de Derechos Humanos, A.C. Actualmente produce y conduce un espacio de noticias en una estación de radio.

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